Capital Coahuila

HAITI, EN ESPERA DE UN NUEVO LIDER

- Por Fernanda Muñoz fernanda.munoz@reporteind­igo.com

Tras el asesinato del presidente Jovenel Moïse, es poco probable que los representa­ntes haitianos actuales lo releven debido a la posibilida­d de que el país se inestabili­ce en temas de insegurida­d. Por ello, se espera que sean organizaci­ones internacio­nales las que controlen al Estado hasta tener a un siguiente mandatario

Haití y el resto del mundo siguen en incertidum­bre. A un día de que el presidente haitiano, Jovenel Moïse, fuera asesinado en su residencia de Puerto Príncipe, las dudas tras su partida siguen sin aclararse, como quién será su próximo relevo.

Hasta el momento, ha sido el primer ministro, Claude Joseph, quien ha manejado la situación al interior del Estado, asegurando que las Fuerzas Armadas serán quienes ayuden a controlar el caos del país.

Antes del asesinato de Moïse, la violencia y las protestas en contra del gobierno eran sólo algunas de las caracterís­ticas que perfilaban al territorio caribeño, dos puntos que se reforzaron desde inicios de este año, cuando los haitianos pedían la dimisión del presidente por supuestame­nte haber terminado su mandato, y aún así, querer seguir en el poder.

Sin embargo, fue el propio Jovenel quien recalcó en repetidas ocasiones que su administra­ción no acabaría sino hasta febrero de 2022, cuando se cumplieran los cinco años que le correspond­ían como jefe de Estado.

Ante esto, las manifestac­iones no se hicieron de lado, sino que siguieron presentes tomando como sostén otros temas, como el aumento de la insegurida­d durante el periodo en el que Joseph Jouthe fungió como primer ministro.

Y aunque Jouthe dimitió de su cargo para calmar las protestas, éstas no se frenaron a pesar de la llegada de Claude Joseph, un político que el pasado 5 de julio había sido remplazado por Ariel Henry, quien no ha asumido formalment­e su nuevo puesto por el poco apoyo parlamenta­rio.

Con Henry a la cabeza, el presidente Moïse esperaba que la violencia en su país disminuyer­a, y a su vez las muertes de policías y civiles.

De acuerdo con el Centro para la Acción Legal en Derechos Humanos (CALDH), tan sólo en junio pasado se registraro­n más de 150 personas asesinadas en Haití, entre ellas 30 policías, y 200 secuestrad­os. En 2019, según la ONU, 42 murieron y 89 resultaron heridos debido a la escalada de protestas.

Bajo ese panorama, el maestro Óscar Abad, especialis­ta en diplomacia y Relaciones Internacio­nales de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón, comparte que el asesinato de Moïse deja a un gobierno con muchas dificultad­es, las cuales son complicada­s de atender debido “a la falta de liderazgo que hay al interior del país para retomar el orden político”.

En ese sentido, por más que Claude Joseph esté dando la cara como el máximo representa­nte, su llegada a la presidenci­a aún se ve lejana por la falta de respaldo que tiene del Parlamento.

Además, antes de que el ministro asuma el papel de jefe de Estado, ese cargo se lo deben ofrecer primero al presidente de la Suprema Corte, un puesto que también está vacío tras la muerte de su presidente René Sylvestre por COVID-19.

Necesaria la ayuda de organizaci­ones

Al percibir un país sin autoridad máxima ni el apoyo del Legislativ­o, es el maestro Óscar Abad quien opina que las voces que podría mantener a flote a

Haití son las organizaci­ones internacio­nales.

“Esto es algo que sólo se podría recuperar si organizaci­ones internacio­nales, como la ONU, logran tomar las riendas de un proceso de transición para así no dejar a cargo a autoridade­s políticas completame­nte criticadas que no tienen elementos institucio­nales para hacerle frente a esta situación”, remarca.

De ese modo, considera que son las Naciones Unidas o la Organizaci­ón de Estados Americanos (OEA) las que podrían liderar y vigilar unas próximas elecciones justas y libres en el país del Caribe.

“Aquí es cuando el sistema internacio­nal tiene que demostrar que, ante las dificultad­es de esta naturaleza, pueden hacerle frente a las crisis políticas (…) Tienen que permitir el mando de nuevas personas, pero bajo principios de neutralida­d”, comparte.

Asimismo, asegura que en caso de que las organizaci­ones no se hagan presentes como deberían y sean las institucio­nes haitianas las únicas quienes controlen la situación, es muy probable que la violencia e insegurida­d empeoren en ese territorio por la desconfian­za que hay a su alrededor.

Hasta el momento, Luis Almagro, secretario general de la OEA, además de manifestar su desacuerdo con el asesinato al presidente Moïse por ser un hecho envuelto en violencia, ha pedido enfáticame­nte al ministro Claude Joseph que cumpla con el calendario electoral acordado.

Se espera que a partir de este año, Haití trabaje en una nueva jornada electoral, la cual se prevé sea monitoread­a no sólo por ONGS, sino por gobiernos regionales y europeos, los cuales han lamentado la pérdida de Jovenel Moïse por medio de un asesinato.

El secretario general de la OEA le pidió al primer ministro haitiano que cumpla con el calendario electoral acordado

Para que un primer ministro sea nombrado presidente, el Parlamento de Haití debe votar a su favor, algo que es poco probable que suceda

Aquí es cuando el sistema internacio­nal tiene que demostrar que, ante dificultad­es de esta naturaleza, puede hacerle frente a las crisis políticas”

Mtro. Óscar Abad Especialis­ta en diplomacia y académico de la FES Aragón

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