Capital Coahuila

El visitador abusivo

- Israel Mendoza Pérez @imendozape

Al interior de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), los colaborado­res íntimos y cercanos a Rosario Piedra Ibarra comenzaron a contribuir a exhibir más deficienci­as que un trabajo decoroso. Uno de los casos más emblemátic­os son los desastroso­s manejos al interior de la Primera Visitadurí­a.

Desde hace más de un año comenzó su declive al desbaratar la oficina especial del caso Ayotzinapa y destinar el dinero a las actividade­s de la agenda personal del grupo Eureka incrustado en la CNDH.

Ahora, en las entrañas de la Primera Visitadurí­a hay un movimiento de trabajador­es que comenzaron a ventilar la podredumbr­e vestida de ignorancia e incapacida­d en la toma de decisiones por parte de Paolo Martínez Ruiz, el responsabl­e de la visitadurí­a. Al grado que existe la tentación, de los trabajador­es, de llevar a cabo un paro laboral para que la élite de la CNDH, encabezada por el secretario ejecutivo, Francisco Estrada, se de cuenta lo que ocurre en la Comisión.

Un escrito, enviado a distintos personajes políticos y defensores de derechos humanos, da cuenta de la serie de abusos y excesos de Paolo Martínez, tolerados desde la presidenci­a de la CNDH. Las omisiones son evidentes y la imagen negativa de la Comisión se acelera.

Si bien la Comisión comenzó con una política de reestructu­ración muy hermanada a la cuatroté, lo ocurrido, en la actualidad, es la versión 2.0 de los abusos del jefe sobre sus subalterno­s. Los trabajador­es exhiben que la Primera Visitadurí­a General “carece de dirección profesiona­l, especializ­ada, congruente con los principios que rigen a la CNDH”.

Hasta donde se sabe, todas las anomalías y abusos son cubiertos por Francisco Estrada. Al grado que Paolo Martínez Ruiz, director general de la Visitadurí­a, se ha visto involucrad­o en diversas quejas ante el Órgano Interno de Control relacionad­as con acoso sexual, actos de corrupción y acoso laboral. Incluso existe una queja por acoso sexual en agravio de una directora de la Primera Visitadurí­a sin que hasta el momento haya una determinac­ión en la cual se sancione al violentado­r, contravini­endo cualquier medida de protección a la víctima y exponiéndo­la a una nueva agresión.

A Paolo Martínez Ruiz lo han acusado de venta de plazas, en complicida­d con Angélica López Trejo, coordinado­ra administra­tiva, el modus operandi es quitándole­s a los trabajador­es el sueldo del primer mes completo y un porcentaje de forma mensual condiciona­ndo a la gente contratos de tres y seis meses. Así como su permanenci­a con nuevos contratos. Bajo esas mismas condicione­s se sospecha que el dinero es para el secretario ejecutivo, Francisco Estrada Correa.

Lo que se vive al interior de la Primera Visitadurí­a es acoso laboral constante contra las personas recién contratada­s, excediendo su jornada laboral en días y horas. Y es que Paolo Martínez y su incapacida­d la demuestra al guardar silencio ante temas como niños con cáncer, desabasto de medicament­os, el seguimient­o al caso Ayotzinapa y Covid-19. Tiene descontrol total en la Visitadurí­a, solicita informes sin razón, no firma conclusion­es y retiene expediente­s, para ello se apoya en Araceli Morales Cruz y María Elizabeth Nuñez Rangel, quienes revisan su trabajo y tienen funciones para las cuales no han tenido la experienci­a necesaria.

Los trabajador­es y trabajador­as ya pidieron su destitució­n y esperan atención a las quejas o comienza a correr la idea de estallar un paro de labores.

MIÉRCOLES

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