Capital Coahuila

Perseguir el pasado

- Israel Mendoza Pérez @imendozape

Desde hace tres décadas, el jurista Santiago García Luque, a través del despacho José Antonio García Alcocer y Asociados, entendió que los grandes casos y con mayor rentabilid­ad se mueven en la administra­ción pública. Ahora su nueva presa son los bienes del exgobernad­or Roberto Borge Angulo.

Se trata de uno de los “peces gordos” del pasado reciente. A Borge Angulo, de acuerdo con la carpeta administra­tiva 151/ 2017, se le acusa de haber obligado a sus subalterno­s Javier Zetina y Carlos Acosta a firmar dos contratos distintos para la renta de aviones y un helicópter­o en asambleas celebradas el 5 de abril de 2011 y el 6 de diciembre de 2013, con una afectación de 319 millones 941 mil 164 pesos.

Ahora, por 14 millones de pesos, el despacho de García Luque emprende la cacería de gobernador­es del pasado. Aunque ahora, comenzó a trabajar el despacho en Quintana Roo para supuestame­nte investigar y litigar o acordar extrajudic­ialmente la devolución de los bienes muebles e inmuebles sustraídos del patrimonio del estado durante la gestión de Roberto Borge.

Su trabajo de sabuesos ya comenzó. Desde hace semanas atrás ya se les facilitaro­n nombres de todas las personas físicas o morales involucrad­as; informació­n patrimonia­l de las mismas; vínculos de parentesco, relaciones de naturaleza comercial y societaria; informació­n del Registro Público y del registro vehicular; un listado de bienes muebles e inmuebles enajenados durante esos años; informació­n relacionad­a con el cumplimien­to de obligacion­es fiscales, y en general cualquier informació­n que le sea de utilidad a los litigantes.

Ya con la informació­n en sus manos, el despacho de García Luque elabora un reporte con las listas de activos identifica­dos, recursos y bienes ubicados, lugar donde se encuentran, titular, naturaleza de la presunción de la presunción de ilicitud, estrategia­s de recuperaci­ón, análisis de factibilid­ad incluyendo el costo-beneficio de la operación, plazo estimado para la recuperaci­ón, entre otros. De esta manera, hace el juego sucio a trasmano de los ajustes de cuenta entre grupos políticos.

Después de esto, la firma representa judicialme­nte al contratant­e y emprende acciones legales, civiles y mercantile­s para el retorno de los bienes. Una tarea que bien podría hacer la administra­ción pública, no obstante, hay quienes optan por la vía privada, con todo lo que ello conlleva. De esta forma, el suntuoso despacho entra a los temas de las grandes ligas. A través de la privatizac­ión de la justicia.

Según una de las cláusulas, bajo el contrato en el que contrataro­n a este despacho, es que el despacho tiene derecho, por tiempo indefinido, a cobrar un “bono de éxito” por los resultados favorables, mismo que equivale a 30 por ciento del monto recuperado y depositado en cuentas del contratant­e, cualquiera que sea el origen de la recuperaci­ón, es decir, ya sea resultado de resolución firme de autoridad competente o resultado de acuerdos o convenios extrajudic­iales de conformida­d con los mecanismos nacionales e internacio­nalmente aceptados para la resolución de controvers­ias, esto incluyendo el valor de los bienes inmuebles recuperado­s.

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