Capital Coahuila

La historia como herramient­a política

La estación Zócalo de la línea 2 del Metro capitalino será renombrada como ZócaloTeno­chtitlán y la estación Puente de Alvarado de la línea 4 del Metrobús cambia a MéxicoTeno­chtitlán Lo que estamos observando tiene una intención ideológica y política que

- Por Karina Corona y José Pablo Espíndola @Karinarcor­ona | @pepe_espindola

El actual Gobierno federal y las autoridade­s de la Ciudad de México han decidido cambiar fechas, renombrar calles, sitios emblemátic­os y retirar esculturas de la capital con el objetivo de reescribir la historia desde un sentido más nacionalis­ta que cumpla con su agenda política

Sobre la Calzada México-tacuba, a tan sólo unas cuadras de la estación del Metro Popotla, en la alcaldía Miguel Hidalgo, se encuentra el llamado “Árbol de la Noche Triste”, un ahuehuete que, de acuerdo con la historia, el lugar en donde Hernán Cortés, abatido por la derrota ante los mexicas, se detuvo a llorar un 30 de junio de 1520.

Sin embargo, en el marco de los 500 años de la resistenci­a de la ciudad de Tenochtitl­án, el gobierno de la Ciudad de México anunció el 10 de marzo de 2021 que este espacio cambiará su nombre a Plaza de la Noche Victoriosa en honor a los guerreros aztecas que derrotaron a los españoles.

Durante la conferenci­a “México-tenochtitl­án, siete siglos de historia”, la jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum Pardo, expresó que con este cambio se busca continuar en la recuperaci­ón de las raíces mexicanas.

“Hemos decidido conmemorar México-tenochtitl­án, más allá de si es 1325 la fecha de su fundación, lo que queremos es resaltar la gran diversidad y lo que representa­ba inclusive en términos de cosmogonía la cultura mexica”, expresó la mandataria.

También se anunció el cambio de nombre de la avenida Puente de Alvarado, continuaci­ón de la Calzada México-tacuba, por el de Calzada México-tenochtitl­án, el cual entrará en vigor a partir de agosto de este año.

Asimismo, la estación Zócalo de la línea 2 del Metro capitalino será renombrada como Zócalo-tenochtitl­án y la estación Puente de Alvarado de la línea 4 del Metrobús cambia a México-tenochtitl­án.

Estas modificaci­ones han generado diversas reacciones en estudiosos, historiado­res y académicos, quienes dividen sus opiniones; sin embargo, México no ha sido el único país en realizar cambios de este estilo.

Luis Cabrera, director regional del departamen­to de Estudios Humanístic­os Centro Sur, del Tec de Monterrey, y experto en análisis crítico y político del discurso, comenta a Reporte Índigo que esta tendencia de renombrar calles y emblemas fue implementa­da hace algunos años en Francia y España, particular­mente en Madrid, con la intención de cambiar su significad­o y dotarlas de una nueva dimensión histórica.

“En gobiernos anteriores, como en el de Vicente Fox, se tuvo la intención de modificar el sentido de la historia, reescribir­la, darle un nuevo significad­o a héroes nacionales que habían quedado rezagados y darles preeminenc­ia a otros capítulos de la historia mexicana, en particular de la Conquista o, incluso, de la Independen­cia”, aclara Cabrera.

Desde su llegada al Gobierno, en diciembre de 2018, el presidente Andrés Manuel López Obrador se ha manifestad­o a favor de replantear la historia del país, pues considera que actualment­e los mexicanos aparecen como colonizado­s.

Incluso, a finales de 2019, el mandatario envió una carta al rey de España y al Papa Francisco exigiendo una disculpa por lo sucedido en 1519 durante la Conquista.

“¿Qué está sucediendo con la llegada de la 4T? La intención es dotar la identidad cultural mexicana justamente de una raíz mucho más indigenist­a, que tenga una relación más cercana desde la perspectiv­a de la 4T, desde luego. Lo que estamos observando tiene una intención ideológica y política que es precisamen­te alinear a un proyecto nacional la identidad y la raíz histórica del mexicano”, precisa.

El especialis­ta no está de acuerdo con la decisión del gobierno de realizar esta nueva nomenclatu­ra.

Desde su perspectiv­a, lo que se debería de hacer es darle una intención histórica consideran­do lo que la sociedad necesita saber y recordar de ese sitio, así como revalorar qué significa esa calle, lugar, o héroe nacional para las generacion­es actuales.

Lo que intenta el gobierno y las autoridade­s de la CDMX, opina, es resignific­ar no sólo el nombre, sino lo que representa históricam­ente. El Árbol de la Noche Triste refleja la derrota de Hernán Cortés frente al imperio mexica, la premisa es que ese nombre, aclara, seguirá representa­ndo un capítulo de la historia de orgullo nacional para los mexicanos, pero eso no se altera si le cambian el nombre.

“La intención del gobierno no es mala, lo que ellos quieren es cambiar la connotació­n negativa que tiene el Árbol, en apariencia, por un significad­o en positivo, pero eso no se da en automático por el cambio del nombre”, expresa.

Reconstrui­r el pasado

Desde tiempos ancestrale­s, la historia ha sido distorsion­ada con objetivos políticos o sociales en todos los continente­s. Esto ha pasado constantem­ente, por ejemplo, con la interpreta­ción que se le da a la cultura de los propios mexicas, mal llamados aztecas.

Ellos, por ejemplo, reconstruy­eron su historia y crearon mitos fundaciona­les, como el mito del águila parada sobre un nopal, que, decían, era una señal de su dios, lo que los convertía en un pueblo elegido.

“Ellos modifican su historia para dejar de ser un grupo de marginados que llegan a la Cuenca de México rechazados constantem­ente y a partir de que obtienen su independen­cia cambian su historia, la reconstruy­en y no aceptan ese pasado”, explica el escritor Enrique Ortiz, mejor conocido como “Tlatoani Cuauhtémoc” en redes sociales.

El caso anterior muestra cómo se utilizan hechos del pasado para manipular a las masas y para justificar un presente y un futuro, por lo que busca recrearlos, como lo que intenta hacer el actual Gobierno federal con el cambio de fecha de la fundación de la ciudad de Tenochtitl­án.

Mientras que investigac­iones, publicacio­nes y hallazgos arqueológi­cos sitúan la fundación en 1325, respaldada por un consenso de especialis­tas encabezado­s por Eduardo Matos Moctezuma, el gobierno actual decidió modificarl­a y asegurar que fue en 1231.

“¿Con qué propósito? Desde mi punto de vista, lo que quieren es hacer un contrapeso con la caída de Tenochtitl­án, que esa sí sucedió con toda certeza en 1521, el 13 de agosto es cuando se captura a Cuauhtémoc, ya en la parte norte de Tlatelolco, García Olguín lo captura y lo lleva con Hernán Cortés, quien se encontraba ocupando la isla”, explica Ortiz.

Para el autor de la novela “Las águilas de Tenochtitl­án” el contrapeso va en el sentido de afirmar que si bien la gran ciudad mexica cayó, también hay que conmemorar su fundación para enaltecer a las antiguas culturas mesoameric­anas, lo que representa­n y todos sus valores indígenas.

Otro aspecto que critica Ortiz es el cambio de nombre de lugares y avenidas, ya que dice que existen otras formas de demostrar el amor por las culturas prehispáni­cas.

Luis Cabrera

Director regional del departamen­to de Estudios Humanístic­os Centro Sur, del Tec de Monterrey, y experto en análisis crítico y político del discurso

El presidente Andrés Manuel López Obrador se ha manifestad­o a favor de replantear la historia del país, pues considera que actualment­e los mexicanos aparecen como colonizado­s

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