Opositor y aliado
Rubén Moreira tendrá a su cargo la bancada tricolor en la LXV Legislatura, en tanto que Alejandro Moreno ha dejado claras sus intenciones de permanecer al frente del PRI por otro periodo
Pese a los conflictos internos que atraviesa, el PRI logró obtener los suficientes diputados para despertar el interés tanto de sus aliados en Va Por México como del propio AMLO. Por lo que las posturas que asuma marcarán la diferencia en futuras votaciones parlamentarias
El PRI también logró aumentar su bancada al pasar de menos de 40 diputados en la última legislatura a un mínimo de 70 en la que está por comenzar. Una fracción relativamente pequeña para su historia, no obstante, sus votos serán definitivos para aprobar o impedir nuevas reformas.
Entre tanto, su dirigente nacional, Alejandro Moreno, declara desde el bastión de Coahuila que los priistas ya se preparan “para que juntos regresemos en el 2024 a la Presidencia de la República”.
Apenas dos días después de las elecciones y habiendo confirmado que la coalición de Morena con los partidos Verde y del Trabajo tendrán alrededor de 280 diputados, el presidente Andrés Manuel López Obrador lanzó un dardo al decir que el PRI los podría ayudar para alcanzar la mayoría calificada necesaria para aprobar su nuevo paquete de reformas constitucionales.
Idea que Ignacio Mier, coordinador del partido oficial, secundó y dijo esperar muchos “Judas” del tricolor.
La respuesta al interior del PRI fue mixta ya que, por un lado, Alejandro Morena abrió la puerta al diálogo, mientras
que la propuesta fue rechazada de tajo por Dulce María Sauri, aún presidenta de la Cámara de Diputados, pero quien no repetirá como legisladora, en tanto que Va Por México anunció que se opondrán a las reformas de López Obrador.
El tricolor nombró como coordinador a Rubén Moreira, exgobernador de Coahuila, estado en donde venció a Morena en 2020 y 2021.
El 20 de julio, Fernando Lerdo de Tejada encabezó la presentación de la Plataforma para la Refundación del PRI. Corriente que, explicó, no busca la renuncia del dirigente, pero sí alerta que, de seguir por el actual camino, “vamos hacia la desaparición completa”. Esto un mes después de que Ulises Ruiz y su corriente Democracia Interna protagonizaron protestas que terminaron con el proceso de expulsión del exgobernador de Oaxaca.
Respecto a esta situación, el doctor Nicolás Loza de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, considera que existe una relación ideológica entre el PRI y Morena, puesto que el mismo López Obrador ha tomado como bandera ideas y posturas nacionalistas del México postrevolucionario que resultan atractivas para un sector del tricolor, lo que también explica la presencia de expriistas como Manuel Bartlett en su administración.
“Todo ese ideario, que realmente López Obrador lleva por delante en buena medida, lo comparten muchos priistas. Muchos de los cuales ya están en Morena; de los que se quedaron en el PRI tengo mis dudas de qué tan pragmáticos son. Todos los que tengan que ver con los grupos de Peña Nieto, Zedillo o Salinas, no tienen esas posturas.”
En tanto que Alejandro Rosas Marín, de la agencia Disruptio, opina que esto obedece a que “el PRI ha sido siempre un partido que huele poder y se acerca, está en su ADN. Por eso se acercan al Presidente de la República y él obviamente no deja pasar esas opciones, también coquetea con ellos ya que le conviene en la búsqueda de la mayoría para poder hacer reformas constitucionales”.
Existe una relación ideológica entre el PRI y Morena, puesto que el mismo López Obrador ha tomado como bandera posturas que resultan atractivas para un sector del tricolor
El PRI ha sido siempre un partido que huele poder y se acerca, está en su ADN. Por eso se acercan al Presidente de la República y él obviamente no deja pasar esas opciones, ya que le conviene en la búsqueda de la mayoría para poder hacer reformas constitucionales”
Alejandro Rosas Marín Director general de Disruptio