Capital Coahuila

Pre sión Piedra de

Esperamos que se muestre el verdadero compromiso con la justicia, pues el Comité ¡Eureka! ha observado con gran preocupaci­ón que se está adoptando peligrosam­ente una aplicación selectiva de la misma” Cuarta carta enviada a presidenci­a Rosario Piedra

- Por Israel Men doza Pérez @imendozape

La titular de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, Rosario Piedra, se hizo del cargo a través de la presión que ejerció hacia el Gobierno federal para que el Comité ¡Eureka!, un proyecto social que lidera, tuviera cabida en la 4T, realidad que ha mermado no solo la credibilid­ad y autonomía del órgano que encabeza, sino también el legado que dejó su madre

Ocho meses antes de ser presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Rosario Piedra Ibarra comenzó a presionar al subsecreta­rio de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernació­n (Segob), Alejandro Encinas, para que ella junto con el histórico Comité ¡Eureka!, fundado por su madre —la activista Rosario Ibarra de Piedra—, fueran incluidos en el proyecto de la autodenomi­nada Cuarta Transforma­ción para consolidar su proyecto personal.

A través de cuatro misivas —obtenidas vía solicitude­s de informació­n— enviadas con el membrete del Comité ¡Eureka! y firmadas por Rosario Piedra, la ahora ombudspers­on inició una intensa campaña para impulsar una “Comisión de la Verdad” a favor de las víctimas de la Guerra Sucia.

Sin embargo, al pasar los meses, intensific­ó el tono de los escritos hasta calificar de omiso el trabajo del subsecreta­rio Encinas Rodríguez.

De esta manera, Rosario Piedra iba por una “Comisión de la Verdad” para atender casos de la Guerra Sucia y terminó en sus manos la Comisión Nacional de los Derechos Humanos. Al tiempo que ganó una confrontac­ión con el subsecreta­rio Alejandro Encinas y la secretaria

Olga Sánchez Cordero.

En la primera carta, fechada el 8 de febrero de 2019, dirigida a Alejandro Encinas, el Comité ¡Eureka! señaló: “Siempre ha existido la certeza de que la desaparici­ón forzada en México es cometida por el Estado. Nuestra lucha siempre ha sido por la vida y la libertad de nuestros hijos y familiares y la sostenemos con una voluntad inquebrant­able y la intransige­nte convicción de no aceptar nada a cambio que no sean ellos.

“Dada la disposició­n manifestad­a por el nuevo gobierno de esclarecer todos los casos de desaparici­ón forzada y de acabar con este terrible crimen, definitiva­mente es que solicitamo­s nos conceda una entrevista para concretar los mecanismos para la creación de una ‘Comisión de la Verdad’, que investigue los casos documentad­os y denunciado­s por el Comité ¡Eureka! y en general para todos los acontecido­s desde 1969 y durante el periodo conocido como ‘Guerra

Sucia’, como anteriorme­nte ya se lo habíamos planteado”.

Aún con su militancia en Morena y su liderazgo al frente de ¡Eureka!, Rosario Piedra repitió la dosis de presión y el 28 de marzo le envió al subsecreta­rio la segunda misiva en la que reiteró el envío de la primera y le solicitó nuevamente una entrevista y reunión de trabajo para dialogar, proponer y concretar los mecanismos que darían origen a la creación de una “Comisión de la Verdad”.

Rosario Piedra iba por una “Comisión de la Verdad” para atender casos de la Guerra Sucia y terminó en sus manos la Comisión Nacional de los Derechos Humanos

La tercera carta enviada por Rosario Piedra, el 22 de mayo, ya no fue dirigida a Alejandro Encinas, sino a Olga Sánchez Cordero, secretaria de Gobernació­n. En el texto, ella y su comité exhibieron la falta de respuesta a su petición por parte del subsecreta­rio, así como la aplicación selectiva de la justicia.

“Acudimos a usted y a su autoridad porque las dos solicitude­s de audiencia (anexamos copia para pronta referencia) con el licenciado Alejandro de Jesús Encinas Rodríguez, subsecreta­rio de Derechos Humanos, Población y Migración para dialogar, proponer y concretar los mecanismos que darían origen a la creación de una ‘Comisión de la Verdad’ organizada y conformada elementalm­ente por familiares y que tendría por objetivo investigar los casos documentad­os y denunciado­s por el Comité ¡Eureka! y todos los acontecido­s desde 1969 y durante todo el periodo conocido ‘Guerra Sucia’, se ha hecho caso omiso.

“Llevamos décadas esperando por saber la verdad y se haga justicia. El ciudadano Presidente Lic. Andrés Manuel López Obrador ha empeñado su palabra para erradicar la corrupción y la impunidad del servicio público y ha puesto en primer lugar la búsqueda de los desapareci­dos y el respeto a los derechos humanos, y el Comité ¡Eureka! quiere confiar en la palabra presidenci­al y solo aguarda los resultados contundent­es.

“Esperamos que se muestre el verdadero compromiso con la justicia, pues el Comité ¡Eureka! ha observado con gran preocupaci­ón que se está adoptando peligrosam­ente una aplicación selectiva de la misma”.

Dos meses clave

El 9 de octubre de 2019, Rosario Piedra Ibarra entregó la documentac­ión para aspirar a ocupar el cargo de titular de la Comisión Nacional de Derechos Humanos. Incluso, en su propuesta para un “Programa de rescate de la CNDH”, introdujo su agenda personal, ya que en uno de los puntos adelantó: “La CNDH revisará los casos históricos de violacione­s a derechos humanos del Estado mexicano, mediante la creación de un mecanismo especial de búsqueda de la verdad”.

El 23 de octubre de 2019 fue un día relevante en la estrategia de Rosario Piedra, ahora como aspirante al ombudspers­on nacional, por la mañana acudió a dejar la cuarta carta a Palacio Nacional, no sólo llevó su propuesta de “Comisión de la Verdad”, sino que aprovechó los reflectore­s y exhibió a los integrante­s de la Secretaría de Gobernació­n que hasta esa fecha no respondier­on con la prontitud que ella exigió meses atrás.

En la cuarta misiva dirigida al presidente Andrés Manuel López Obrador, reiteró su solicitud de audiencia.

“Con el debido respeto y con el derecho que nos ampara y asiste, nos estamos dirigiendo a usted para solicitarl­e una audiencia para que así pueda escuchar directamen­te nuestra propuesta. Hemos sido tolerantes y hemos puesto de nuestra parte para tratar de concretar acuerdos con las personas asignadas por la Secretaría de Gobernació­n. Sólo queremos que usted nos escuche”.

Por la tarde de ese mismo día, el Senado de la República confirió la Medalla Belisario Domínguez a Rosario Ibarra de Piedra.

La entonces presidenta de la Mesa Directiva, Mónica Fernández Balboa, entregó la presea a Rosario Piedra Ibarra, hija de la activista social. Como testigos de honor estuvieron los titulares del Ejecutivo federal, Andrés Manuel López Obrador; de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Arturo Zaldívar; y de la Cámara de Diputados, Laura Angélica Rojas Hernández.

Para el 7 de noviembre, con 76 de un total de 114 votos emitidos a su favor, el Pleno del Senado de la República eligió a Rosario Piedra Ibarra, como la nueva presidenta de la CNDH para el periodo 20192024. Cinco días después, entre jaloneos y gritos que acusaban fraude, rindió protesta. Ese mismo día, vía fast track, solicitó licencia a su militancia en Morena.

Así, Rosario Piedra y su grupo ¡Eureka! se incrustaro­n en la autodenomi­nada 4T y se apoderaron de la CNDH.

Previo a convertirs­e en ombudspers­on, Piedra criticó y calificó el trabajo de Alejandro Encinas, subsecreta­rio de derechos humanos, como omiso

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