Capital Coahuila

TEXAS EL ESTADO ANTIABORTO

- Por Fernanda Muñoz fernanda.munoz@reporetein­digo.com

La también llamada Ley del Latido del Corazón fue aprobada por una Corte Suprema de mayoría conservado­ra; cinco votos contra cuatro

Luego de la aprobación de la Ley SB 8, la cual prohíbe interrumpi­r el embarazo después de seis semanas de gestación, el presidente Joe Biden se ha manifestad­o en contra de esta decisión. Sin embargo, es poco probable que la detenga debido a la separación de poderes que hay en su país

Hace 48 años, en 1973, la Corte Suprema de Estados Unidos emitió una declaració­n histórica. Gracias al caso Roe vs. Wade, todas las mujeres en el país podían interrumpi­r legalmente su embarazo antes de las 20 semanas.

Hoy, sin embargo, en Texas es otra historia, donde el Tribunal Supremo permitió que entrara en vigor la Ley SB 8, la cual prohíbe el aborto después de los dos meses de gestación.

Al darse a conocer esta noticia, fueron las organizaci­ones provida, como Texas Right to Life, las que festejaron la decisión de la Corte, sobre todo luego de que los jueces negaron una petición que activistas proaborto les enviaron para detener dicha ley.

Por su parte, el presidente Joe Biden y la vicepresid­enta, Kamala Harris, se opusieron a la decisión, enfatizand­o que afectaría el acceso a las mujeres a la atención médica que necesitan, particular­mente a las que integraran a la comunidad de color y a personas de bajos recursos.

“En lugar de usar su autoridad suprema para garantizar que se pueda buscar justicia, el Tribunal más alto de nuestro país permitirá que millones de mujeres en Texas que necesitan atención reproducti­va crítica, sufran”, declaró el jefe de Estado.

Así también, dejó en claro que su administra­ción está “profundame­nte comprometi­da” con el derecho constituci­onal de Roe vs. Wade, por lo que protegerá y defenderá ese decreto.

En ese sentido, ordenó al Consejo de Política de Género y a la Oficina del Asesor Jurídico de la Casa Blanca, que trabajen para responder a esta decisión, y de ese modo saber qué pasos se pueden tomar a nivel federal para garantizar que las mujeres en Texas tengan acceso a abortos seguros y legales.

Pero a pesar de las declaracio­nes del mandatario, es la maestra Raquel Saed, especialis­ta en política y medios de la Universida­d Iberoameri­cana, quien opina que es muy poco probable que Biden pueda echar para atrás la ley, debido a la separación tan marcada de poderes que hay en el país.

“Biden no puede hacer nada porque la separación de poderes es muy clara en Estados Unidos. Por un lado, está la sociedad en favor de que se mantenga el aborto como estaba, con el decreto Roe vs. Wade; y por el otro, se tiene a la Corte Suprema que no responde a ese espíritu, y en cambio tiene los poderes para mantener su decisión”, declara.

Además, asegura que a través de su discurso, lo único que le queda al líder demócrata es tratar de manejar a la opinión pública para favorecer su imagen, y a su vez, evidenciar lo que hacen los republican­os, quienes tienen una mayoría en el Tribunal.

“Por eso Biden se está manifestan­do. Él como tal necesita tener esa imagen de que es una persona que responde a las necesidade­s de otros, y que incluso estaría dispuesto a desafiar a su propia religión si se trata de sus ciudadanos”, asume.

Bajo ese panorama, entre las personas que podría señalar el presidente a través de su discurso, está el gobernador republican­o Greg Abbott, de Texas, quien desde un inicio apoyó la Ley SB 8, o la también llamada Ley del Latido del Corazón, aprobada desde mayo pasado en las cámaras locales.

A través de esta ley, también se puede castigar legalmente a todos aquellos que hayan participad­o en que una mujer haya interrumpi­do su embarazo, como los médicos y enfermeras.

Con futuro en otros estados

Luego de tener la aprobación del Tribunal Supremo para prohibir los abortos después de las seis semanas de embarazo, podría ser sólo cuestión de tiempo para que se de a conocer que en otros estados de la Unión Americana están replicando lo mismo.

Entre los que tienen más posibilida­d de aceptar la Ley SB 8, están principalm­ente los de mayoría republican­a, entre ellos Minnesota, Vermont, Hawái, Georgia y Columbia.

“Cando empiece a operar la ley y se vea que hay aceptación, sí puede ir creciendo en el resto del país, y sobre todo cuando los grupos en esos estados son tan vulnerable­s. Además, las divisiones políticas siempre hacen que una decisión como esta vaya en contra del propio partido en el poder”, dice al respecto la maestra Norma Soto Castañeda, internacio­nalista y docente de la Universida­d La Salle.

Para ella, por ahora lo único que le queda hacer al presidente Biden, y al resto de su administra­ción, es reforzar las campañas sobre educación sexual para evitar llegar a la necesidad de requerir un aborto, y negociar con la oposición hasta obtener un acuerdo a través del cual se beneficien ambas partes.

En caso de seguir esa vía, el mandatario continuarí­a manteniend­o su imagen en favor del aborto y de los derechos de la mujer, y a su vez no aumentaría un problema más a su mandato.

“Si ya con lo de Afganistán está siendo muy polémica su situación, ahora enfrentar este otro aspecto le podría causar más problemas”, dice la maestra.

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La Ley SB 8 fue aceptada por los legislador­es de Texas desde mayo pasado.
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