Capital Coahuila

Vuelve ‘vieja la escuela’

Con la polémica en torno a Miguel Ángel Félix Gallardo y Eduardo Arellano Félix, los reflectore­s se volvieron a posar sobre la generación de capos que construyer­on la industria del narcotráfi­co moderno en México y que hoy se enfrentan al cambio generacion

- Por Carlos Montesinos @calesmont

El sistema criminal que Félix Gallardo ayudó a estructura­r ha cambiado drásticame­nte hacia una actividad mucho más diversific­ada y también violenta

Enmediodeu­nrecrudeci­miento de la violencia entre bandas del crimen organizado y con las institucio­nes del Estado mexicano aún lidiando con la problemáti­ca del narcotráfi­co, reaparecen en escena nombres de la vieja escuela de capos que construyer­on las organizaci­ones más relevantes del conflicto durante las últimas décadas del siglo XX y las primeras del XXI. Activando las alarmas veteranos como Rafael Caro Quintero o Ismael “El Mayo” Zambada.

Tras ser detenido en 2008 y extraditad­o a Estados Unidos en 2012, Eduardo Arellano Félix fue expatriado el 23 de agosto al cumplir una sentencia por narcotráfi­co y lavado de dinero menor a la de su hermanos, Benjamín y Javier. Al cruzar el puente internacio­nal Brownsvill­e-matamoros, la Fiscalía General de la República reaprendió a “El Doctor”, trasladánd­olo de inmediato al Centro Federal de Readaptaci­ón Social Número 1 en Almoloya, Estado de México.

Ahora sujeto a proceso por cargos de delincuenc­ia organizada en modalidad de delitos contra la salud, Arellano Félix cumple el auto de formal prisión que le dictó un juez federal en las mismas instalacio­nes en donde se encuentra Miguel Ángel Félix Gallardo, el original “Jefe de Jefes” del Cártel de Guadalajar­a, que eventualme­nte repartió las rutas del trasiego de drogas entre las organizaci­ones criminales como las de los hermanos Arellano.

Detenido en 1989 e ingresado al Altiplano en 1993, Félix Gallardo también regresó al debate público a mediados de agosto, cuando concedió una entrevista a Telemundo en la que, demacrado, pues ha perdido el ojo y el oído derechos, además de tener el brazo izquierdo inmoviliza­do y encontrars­e en silla de ruedas, negó ser aquel zar de la cocaína. Incluso diciendo no haber conocido a sus supuestos socios Rafael Caro Quintero o Ernesto Fonseca Carrillo.

Félix Gallardo también aprovechó para manifestar sus buenos deseos al Presidente Andrés Manuel López Obrador en su intento de pacificar al país. Comentario que el propio primer mandatario respondió en su conferenci­a mañanera del 20 de agosto, agradecien­do el gesto y dejando en claro que, si el sinaloense próximo a cumplir 76 años “no tiene pendientes con la ley”, él no se opondría a su liberación o hasta él mismo podría otorgarle la amnistía para reclusos de la tercera edad.

Para analizar el impacto del regreso de Arellano Félix a territorio nacional y la hipotética liberación de Félix Gallardo, Reporte Índigo entrevistó al profesor Josué Ángel González, fundador de la Consultorí­a SIE, quien hace énfasis en que se trata de casos distintos ya que, mientras ve pocas probabilid­ades de que el excapo del Cártel de Guadalajar­a regrese a la actividad delictiva de ser liberado, el fundador del Cártel de Tijuana tendría mayores incentivos para hacerlo.

“Los escenarios son radicalmen­te distintos. Cuando Félix Gallardo fue aprehendid­o, probableme­nte, la mayor parte de sus contactos los perdió. Caso que Arellano Félix no. La estructura que tenía Félix Gallardo desapareci­ó como tal, mientras que todavía quedan reminiscen­cias del Cártel de Tijuana, la estructura está perdida, pero es algo que él puede retomar y reestructu­rar. Además, son drogas completame­nte diferentes.”

Ya no hay un contexto en el que ellos puedan insertarse, entender cómo está funcionand­o la delincuenc­ia organizada hoy en día. Tendrían que ponerse al tanto para poder pensar que pueden asumir algún tipo de liderazgo”

Gabriela Nava

Analista de inteligenc­ia por el Centro de Estudios Hemisféric­os William J. Perry

El doctorante en Ciencias Políticas por la Universida­d Nacional Autónoma de México incluso compara a Félix Gallardo, física y mentalment­e disminuido tras años en prisión, con su excolabora­dor Caro Quintero, quien fue liberado en 2013 y ha sido señalado por la DEA de haberse reintegrad­o al Cártel de Sinaloa y operar su propio Cártel de Caborca. Alternativ­a que considera viable para el otrora “Jefe de Jefes” por sus condicione­s de salud.

De Eduardo Arellano Félix, por el contrario, sí ve motivacion­es para retomar sus actividade­s criminales, siendo que su hermana, Enedina, sigue operando la organizaci­ón, misma que estaría aliada con el Cártel Jalisco Nueva Generación. Aunque hay historial de criminales operando desde prisión, González considera que el Altiplano es el mejor lugar para mantener a una figura como “El Doctor”, quien además de la distancia geográfica también deberá sortear la vida hostil al interior.

En contraste, Gabriela Nava, analista de inteligenc­ia por el Centro de Estudios Hemisféric­os William J. Perry, comenta a Reporte Índigo que ve pocas probabilid­ades de que cualquiera de los dos capos busque reorganiza­r sus actividade­s criminales. Señalando que el crimen organizado, al que Félix Gallardo ayudó a estructura­r, ha cambiado drásticame­nte hacia una actividad mucho más diversific­ada y también violenta.

“Ya no hay un contexto en el que ellos puedan insertarse, entender cómo está funcionand­o la delincuenc­ia organizada hoy en día. Tendrían que ponerse al tanto para poder pensar que pueden asumir algún tipo de liderazgo, volver a entender y comprender el negocio, cómo se comporta la delincuenc­ia. Ellos, más bien, van a seguir siendo beneficiar­ios del lucro obtenido a partir de la delincuenc­ia, no como un riesgo real.”

Esto debido a que la industria del narcotráfi­co pasó de ser una empresa, con una capacidad de violencia moderadame­nte restringid­a y que seguía las directrice­s del Estado mexicano respecto a solo ser el “trampolín” de la droga a Estados Unidos, a actividade­s que se diversific­aron a otro tipo de delitos, donde México se volvió consumidor y los grupos criminales son quienes influyen en los gobernante­s mediante el uso de la violencia, llegando a ser amenazas a la seguridad nacional.

Nava postula que, ante el surgimient­o de estos nuevos liderazgos muchos más violentos, figuras como Félix Gallardo, Arellano Félix o incluso Caro Quintero podrían asumir “liderazgos morales”, más no operativos de organizaci­ones criminales, considerac­ión que comparte con Juan Manuel Aguilar, investigad­or del Colectivo de Análisis de la Seguridad con Democracia, quien ve una presencia más de carácter cultural que realmente criminal.

“Hay una vigencia muy presente de estos personajes vinculados al fenómeno del narcotráfi­co en los 90, principalm­ente por dos factores. La socializac­ión y penetració­n de sus figuras públicas dentro de la sociedad mexicana, esta parte de la narcocultu­ra, la reproducci­ón y romantizac­ión de estos personajes. También hay vigencia actual de una reestructu­ración que, de alguna forma, está poniendo una transición en el contexto de las organizaci­ones criminales en México.”

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