Los avances del lenguaje igualitario y no sexista
Lo anterior, fue la respuesta que emitió la Academia ante la polémica sobre los pronombres neutros que marcan los colectivos de decir y escribir “elle” en lugar de “él o ella” como los usos más adecuados para la inclusión.
Eugenia Flores Soria, escritora y maestra de la Facultad de Letras de la UADEC, explica que las lenguas que hablamos actualmente son producto de muchos años, mezcla de culturas, y de tradiciones que han sido combinadas a lo largo de los años para comunicarnos. Sin embargo, menciona que el masculino genérico es excluyente.
Como ejemplo, menciona el caso de la primera médico mexicana Matilde Montoya, quien tuvo problemas para presentar su examen profesional, debido a que estaba escrito que este era sólo para alumnos y no para alumnas, por lo que el lenguaje y la inclusión ha sido una lucha constante también para el feminismo.
“Son expresiones que emitimos a través de un código y ese código cambia constantemente se mueve, siempre es diferente y es parte de las culturas”, dijo.
Manifestó que le lenguaje evoluciona y cada día reclama más derechos, incluso destaca que es constante la visión de la diversidad en la literatura que está inmersa de historias que muestran la identidad de quienes no se percibe como hombres o mujeres, pese a que biológicamente así nacieron.
Sobre la Academia, Flores Soria, señala que “nos han enseñado que es la institución respetable que dicta, y bueno, ha evolucionado a lo largo del tiempo con una idea de marcar un poder a través de la lengua, que destaca que lo que sea correcto lo va a institucionalizar, pero a lo largo de su historia ha mostrado posturas muy conservadoras”.
La escritora insiste en que se trata de un problema cultural, no de escritura, pues la idea de cambiar los pronombres, debería primero traer la reflexión por qué nos asusta tanto, por lo que considera que es un tema de incomprensión, “yo como persona de letras me impacta cómo defendemos tanto una norma a costa del dolor y la invisibilidad de muchas personas”, expresa.
Por ello, considera necesaria la discusión, al admitir que tener apertura no significa la imposición de ideas sino el debate sobre la diversidad y las distintas formas de vivir, a fin de que exista la armonía entre todos los grupos y formas de pensamiento que no limiten la expresión.
Las mujeres son consideradas como un grupo vulnerable en la sociedad que pocas veces son visibilizadas y cuyas capacidades son minimizadas, con brechas salariales, y pocos espacios directivos que, según analistas, es promovido también por un lenguaje excluyente.
Al considerar que es un tema trascendental, la directora del Instituto Coahuilense de las Mujeres, Katy Salinas Pérez, destaca que el lenguaje incluyente busca abrir espacios y oportunidades para las mujeres.
“Que al momento de un discurso público o político, cuando nos referimos a la población, identifiquemos que están presentes las mujeres. Por ejemplo, cuando decimos médico, lo primero que se nos viene a la cabeza es que se refiere a hombres, decimos enfermeras y no enfermeros, porque creemos que el trabajo asistencial en este caso sólo lo hacen las mujeres cuando ambos están incorporados”, expone.
La funcionaria indicó que no se trata de una temática con la lingüística española, con las reglas del habla española, sino de un espacio que se debe abrir para las mujeres mediante el lenguaje incluyente que pretende que las mujeres sean visibilizadas.
Manifestó que desde esta dependencia se realizan capacitaciones de sensibilización al interior del gobierno con talleres al funcionariado público, incluso entre la población, mediante campañas.
Reconoce que han encontrado resistencia en la población, al considerar que se trata de un capricho referirse a las mujeres, por lo que se plantea diversas propuestas como el uso de términos genéricos.
“Si te parece cansado usar las y los, en lugar del funcionario o funcionaria pública, decir el funcionariado público, que implica una inclusión para todas y todos”, expone.
Añade: “Precisamente en estas capacitaciones luchamos para el convencimiento y generar convicción con base a nuestros argumentos de cómo los espacios para las mujeres han estado restringidos y tenemos que generar un cambio de visión de la sociedad”.
En algunos países como Chile, el Consejo Nacional de Cultura y las Artes promueve una guía del uso del lenguaje inclusivo; en España y Francia existen movimientos que alientan el uso del lenguaje no sexista en universidades e instituciones, sin embargo, la Real Academia de la Lengua desalienta su utilización; mientras que en México, escritores y colectivos piden sea un tema de discusión y debate, frente al rechazo radical de una gran parte de la sociedad.