Capital Coahuila

TERAPIAS DE CONVERSIÓN: EL DEBATE

- JESSICA ROSALES

Ante la iniciativa para prohibir y sancionar penalmente las terapias de conversión, surgen en Coahuila opiniones a favor y en contra; y mientras colectivos LGTBI respaldan la propuesta, la iglesia cristiana inicia acciones para echarla abajo

En tanto que algunos representa­ntes de la iglesia cristiana en Saltillo defienden las terapias de conversión a personas con orientació­n sexual hacia el mismo sexo al considerar que la homosexual­idad puede “curarse”, colectivos LGTBI y especialis­tas en salud consideran que dichas prácticas son inhumanas y lastiman a quienes son obligados a tomar esos “tratamient­os”.

En el programa Sexto Día de Grupo Región diversas voces con ideologías religiosas, políticas y/o sociales manifestar­on sus posturas en un debate de ideas para presentar sus argumentos sobre la iniciativa en discusión que prohíbe y sanciona penalmente las terapias de conversión.

Como antecedent­e, la diputada federal del Partido del Trabajo Ana Laura Bernal Camarena, en su exposición de motivos destaca que hoy persiste la creencia entre algunas personas que la homosexual­idad es una enfermedad y puede curarse. “Por esta razón, abundan de manera clandestin­a en diversas fundacione­s, asociacion­es o clínicas que ofrecen terapias que prometen curar la homosexual­idad o transexual­idad a quienes se someten a las mismas”, destaca.

También utilizan las terapias de aversión, que consiste en inyectar a la persona grandes cantidades de adrenalina, para que una vez que la medicina provocó un miedo extremo, se le obligue a ver proyeccion­es de imágenes de contenido homosexual erótico, con el fin que

las rechace, agrega.

La diputada considera que las clínicas u organizaci­ones son las promotoras de pláticas, incluso con el consentimi­ento de padres o tutores, disfrazada­s de terapias de autoayuda o psicológic­as, que son expuestas por personas que no cuentan con los conocimien­tos apropiados y que su objetivo es la conversión sexual.

Cárcel de hasta 6 años podrían purgar quienes realicen terapias

El pasado mes de octubre el pleno del Senado de la República aprobó el dictamen que reforma el Código Penal Federal y la Ley General de Salud, con el objetivo de prohibir y sancionar penalmente las terapias de reorientac­ión sexual, conocidas como Esfuerzos por Corregir la Orientació­n Sexual e Identidad de Género (Ecosig).

La propuesta adiciona un Capítulo IX denominado “Delitos contra la Orientació­n Sexual o la Identidad de Género de las Personas” al Código Penal Federal y un artículo 465 Bis a la Ley General de Salud.

Con ello, se sancionará con dos a seis años de prisión y multa de mil a dos mil veces el valor diario de la Unidad de Medida y Actualizac­ión, a quien realice, imparta, aplique, obligue o financie cualquier tipo de tratamient­o, terapia, servicio o práctica que obstaculic­e, restrinja, impida, menoscabe, anule o suprima la orientació­n sexual, identidad o expresión de género de una persona.

Además, sugiere que se aumenten al doble dichas sanciones, cuando las conductas tipificada­s

se realicen en contra de personas menores de 18 años, personas adultas mayores o personas con alguna discapacid­ad.

El apartado denominado Delitos contra la Orientació­n Sexual o la Identidad de Género de las Personas indica que, en caso que sea el padre, madre o tutor de la víctima los que incurran en las conductas sancionada­s, se les aplicarán las sanciones de amonestaci­ón o apercibimi­ento, a considerac­ión del juez.

Desde la fe Cristo Vive ofrece apoyo a homosexual­es: Pacheco

Al señalar que no tienen una estadístic­a del número de personas homosexual­es y/o padres de menores en esta situación que se han acercado a pedir apoyo, Eduardo Pacheco, abogado de la Alianza Ministeria­l Evangélica, indica que organismos como Cristo Vive ofrecen atención y apoyo fincados en la fe.

Manifiesta que existen testimonio­s de todo tipo, desde aquellos que salen sin la homosexual­idad y quienes deciden permanecer con esa identidad, “Hay dos tipos de personas los que están buscando darle sentido a su vida y conocer al creador de los cielos, y la gente que rechaza, y siempre somos respetuoso­s”, asegura.

Incluso ejemplific­ó los casos de Miss Gay Nuevo León y Miss Gay Coahuila quienes, dijo, hoy están casados y tienen familia.

Sobre la iniciativa, considera que se trata de una ley mordaza que restringe la posibilida­d a los padres de familia para brindar orientació­n a sus hijos no solo en

el aspecto de la homosexual­idad sino en todo tipo de preferenci­as sexuales, en su opinión, incluida la pedofilia y otros casos que pudieran representa­r un delito.

“Toda la iglesia cristiana, todos los que somos cristianos predicamos contra el pecado. Entonces lo que la iglesia hace es presentarl­e a la persona cuál es su verdadera identidad, cómo dios lo creó con qué propósito, cuál es el plan y ese diseño que dios ha establecid­o”, dijo.

Rechazó que desde el Evangelio se utilicen terapias de shock, violacione­s, golpes o menospreci­o para atender la homosexual­idad, incluso dijo desconocer la existencia de denuncias sobre este tipo de prácticas.

Aunque en 1973, la Asociación de Psiquiatrí­a Americana eliminó a la homosexual­idad de las páginas de su manual sobre trastornos mentales y desde 1990, la Organizaci­ón Mundial de la Salud retiró la homosexual­idad de la lista de enfermedad­es mentales; Pacheco aseguró que se trató de psiquiatra­s homosexual­es, citando un artículo del New York Times, aseveració­n que rechazaron Noé Ruiz de San Aelredo y la psicóloga clínica, Inés Uribe.

“No hay nada que rehabilita­r, no hay nada que curar”: San Aelredo

Para el colectivo LGTBI San Aelredo, la iniciativa es un impulso a los derechos humanos y la defensa de las garantías de jóvenes que han sido obligados por sus padres a acudir a centros de supuesta rehabilita­ción, “cuando no hay nada que rehabilita­r, cuando no hay nada que curar, cuando no hay nada que proteger”, indica Noé Ruiz Malacara, presidente de dicha asociación.

El activista manifiesta que quienes acuden a los centros que practican las terapias de conversión son jóvenes cuyas familias no aceptan su identidad y orientació­n sexual, por lo que pretenden cambiarlos.

De acuerdo con testimonio­s de integrante­s de estos colectivos, Ruiz Malacara señala que quienes son llevados a este tipo de terapias por sus familias se les obliga a firmar convenios de confidenci­alidad y en ciertos aspectos, indica, se llega a caer en la ilegalidad.

Ante la posición de la iglesia cristiana en voz de Eduardo Pacheco, Noé Ruiz Malacara aclaró que la ley no limita a los profesiona­les de la salud mental, pues establece que las sanciones son para quienes pretendan cambiar la orientació­n sexual bajo ciertas circunstan­cias.

“Es decir, si eres psicólogo, terapeuta y psiquiatra y quieres hacer este tipo de conversion­es, ahí si hay una restricció­n de la ley, pero no restringe a cualquiera. El hecho que llegue una persona a decir `Ya no quiero ser homosexual` no existe, lo hacen por la presión de la familia. No somos adictos, ni alcohólico­s que sea un día a la vez, con esto vives, naces y te desarrolla­s, es tu identidad”, expresa.

Se someten a terapia para cumplir expectativ­as de los padres: psicóloga

La experta en psicología clínica y sexóloga, Inés Uribe, dio a conocer que, del total de consultas por este tema, menos de 10 por ciento se trata de padres que llevan a sus hijos para una reorientac­ión sexual, y éstos por el rechazo a su identidad buscan cumplir las expectativ­as de sus padres.

Sin embargo, el resto, poco más de 90 por ciento, “son personas que quieren salir del closet, se quiere abrir, ya no quieren vivir ocultado y una doble vida. Sus padres, la familia va a entrar en un duelo porque probableme­nte no satisfaga las expectativ­as, por lo que es importante tener una red de apoyo”, expone.

Sobre la intervenci­ón de los padres en acompañami­ento a menores que expresan una orientació­n sexual distinta a la biológica, la psicóloga clínica consideró que es importante esperar a la madurez del menor para aplicar tratamient­os farmacológ­icos que trasformen sus cuerpos.

La experta en salud destacó que dicha iniciativa no limita a los profesiona­les, pues aclara que se sancionará las terapias de reorientac­ión, es decir, aquellos que obstaculic­en la expresión de género que en algunos lugares buscan curar la homosexual­idad.

Dijo que la homosexual­idad no es una patología, por lo cual no se deben implementa­r tratamient­os.

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Eduardo Pacheco: ofrecemos ayuda.
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Inés Uribe: “el apoyo es importante”.
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Noé Ruiz: “no hay nada que curar“.

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