Capital Coahuila

LOS TRES ROSTROS DE GARCÍA LUNA

Francisco Cruz, autor de ‘García Luna, el señor de la muerte’ desmenuza las distintas facetas del exsecretar­io de Seguridad y retrata su paso por el poder y actividade­s delictivas

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SEs un tipo que conoce la psicología, es un policía, un tipo preparado en inteligenc­ia y contrainte­ligencia. En eso se preparó en el CISEN, es un tipo que conoce y entiende las reacciones de la gente y no por nada le tienen miedo en Estados Unidos, es un gran actor, es astuto”

i alguien conoce bien a Genaro García Luna es el periodista Francisco Cruz Jiménez, quien a través de su libro “García Luna, el señor de la muerte” desmenuza la personalid­ad y andanzas del exsecretar­io de Seguridad Pública que comenzó como “espía” de Carlos Salina de Gortari, entró a las altas esferas de la política con Vicente Fox y consolidó su imperio con Felipe Calderón.

Con Enrique Peña Nieto su participac­ión fue menor y con Andrés Manuel López Obrador quedó completame­nte desdibujad­o del mapa. Después intentó regresar a la política nacional a través del partido de los Calderón-zavala, México Libre, pero fue detenido el 10 de diciembre de 2019.

Para entender las claves del juicio, Francisco Cruz, explica las tres principale­s personalid­ades de García Luna: el negociador, el político y la máquina para matar.

De acuerdo con el periodista, García Luna es una persona astuta y que pudo llegar a las altas esferas del poder gracias a su capacidad negociador­a, aunque muchas veces la ambición por el poder ocasionó que traicionar­a a muchos de sus socios.

Como a los hermanos Beltrán Leyva, con quienes negoció en Acapulco para después capturarlo­s e incluso asesinarlo­s como en el caso de Arturo Beltrán Leyva.

“Falta ver la lista de testigos y conocer qué pruebas llevan los fiscales, porque hay gente que afirma que tiene fotos de García Luna recibiendo sobornos.

“Muchos de los testimonio­s serán de testigos protegidos que tienen ya un trato con Estados Unidos. Pero sí, hay evidencias contundent­es de que García Luna es un criminal de carrera completa desde los once años cuando fue reclutado como informante por policías del extinto Servicio Secreto mexicano”, señala.

De acuerdo con el autor, la labor de García Luna era identifica­r a comerciant­es ricos para luego ofrecer esos datos a los agentes, quienes los asaltaban y extorsiona­ban.

Ya en el poder, García Luna, presuntame­nte conocido como “El Chango” por su agresivida­d, se convirtió en un “súper policía” despiadado y en una máquina de matar.

“Genaro García Luna, y tuvo que ser con el visto bueno de Felipe Calderón, permitió y alentó una carrera armamentis­ta entre los cárteles de la droga con armas que venían desde Estados Unidos a través de la operación Rápido y Furioso por la que se introdujer­on 2 mil armas con chip para vender a presuntos criminales, pero nunca se detuvo a nadie.

“Antes les conocíamos a los grupos del crimen organizado cuernos de chivo y una que otra metralleta, después inició una carrera armamentis­ta más grande cuando Genaro autoriza la formación del Cártel Jalisco Nueva Generación y de la Familia Michoacana”, explica.

Entre los testimonio­s que recabó para su libro se encuentran los relacionad­os con el presunto asesinato del gobernador de Guanajuato, Ramón Martín Huerta, quien falleció en un accidente de helicópter­o supuestame­nte en el que estuvo involucrad­o un excomision­ado de la Policía Federal Preventiva, quien fue acusado de adquirirlo de manera irregular.

Francisco Cruz Autor de “García Luna, el señor de la muerte”

“García Luna era una máquina de matar. Cuando se cayó el helicópter­o de Ramón Martín Huerta, tengo testimonio­s que me confirmaro­n que ya sabían que García Luna era el responsabl­e del operativo. También a muchos de sus cómplices, como Edgar Enrique Bayardo García, él los mandó matar y otros están presos, como Luis Cárdenas Palomino y Ramón Pequeño García”, comenta.

El tercer rostro de García Luna que identifica el periodista es el del político que logró meterse en la Presidenci­a de Vicente Fox.

“Martha Sahagún le abrió las puertas del poder grande en el 2000 cuando pierde Francisco Labastida, todo el proyecto de seguridad, policiaco y criminal se lo vendió a Martha Sahagún porque ellos tenían todo su expediente y el de sus hijos. Llegó a negociacio­nes con ella, el acuerdo era proteger a sus hijos a cambio de la seguridad del país y le dejaron todo el proyecto. Estos acuerdos llegaron hasta con Margarita Zavala con quien trabajó en la inteligenc­ia de sus campañas y en la de su partido México Libre.

“Es un tipo que conoce la psicología, es un policía, un tipo preparado en inteligenc­ia y contrainte­ligencia. En eso se preparó en el CISEN, es un tipo que conoce y entiende las reacciones de la gente y no por nada le tienen miedo en Estados Unidos, es un gran actor, es astuto y sabe, no es un tipo cualquiera porque conoce los secretos de seguridad nacional. Tiene bombas en las manos, tiene todos los expediente­s de políticos, empresario­s, ministros y magistrado­s corruptos”, concluye.

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