Proteccionismo en tiempos electorales
El proteccionismo de Donald Trump es lo que ha motivado la guerra comercial y a las presiones existentes entre sus socios comerciales con los que renegocia el Tratado de Libre Comercio. Aunque – valga apuntar– al parecer se trata de una medida por parte de Estados Unidos a fin de ejercer presión contra los países y conseguir beneficios comerciales mediante una política de una negociación apretada y llena de beneficios para el país que ataca primero.
El intercambio comercial se debe hacer en un ámbito de reglas del juego claras y condiciones equitativas que beneficien a todos los países participantes, ese debe ser uno de los objetivos principales en la renegociación y que en lo futuro ofrezca certidumbre. Sin embargo, es el proteccionismo la incertidumbre generada por Trump lo que lastima, ya que el presidente de EU hace un mal cálculo dentro de la esquizofrénica política comercial que quiere impulsar en pleno Siglo XXI.
Y es que de acuerdo con el análisis reciente proporcionado por el Centro de Estudios Económicos las “medidas proteccionistas sólo inhiben un mayor dinamismo económico mundial y conducen a un retraso de la actividad productiva”.
El proteccionismo comercial es la apuesta de Donald Trump. Aunque en la definición contemporánea se entiende como aislacionismo y el problema es que la desaparición del TLCAN pueda acompañar violaciones a las reglas de la OMC. Pero a estas alturas no hay un posicionamiento firme por parte de la organización y se pueden cometer arbitrariedades permitidas por Trump y sus declaraciones estridentes.
La distorsión comercial en el mundo ya comenzó y la posibilidad de que se tranquilice en el mediano plazo se ve lejana. Tiempo es lo que ha ganado el presidente de EU, primero jugó con México para que su alternancia en el poder se consolide y lo segundo es esperar que los tiempos electorales en Estados Unidos se acercan y será una segunda medición para los republicanos y sobre todo para el ala que que apoya al presidente de EU.