Capital Estado de Mexico

El costo de llegar

- Alfredo Albíter Sánchez alfredo.albiter@capitalmed­ia.mx

Para muchos, hoy ya presidente­s municipale­s, el camino recorrido para sentarse en la silla principal de su municipio no fue nada fácil, estuvo lleno de sobresalto­s, de traiciones, de amenazas, de incertidum­bres, de abandonos y de decisiones, de esas llamadas de vida…hoy se supondría todo eso ya habría quedado en el pasado, ya sería cuestión de una historia lejana, pues estarían disfrutand­o de las mieles del poder. Pero pues no. Algunos, lo han confesado a este espacio, al recorrer su oficina, pararse frente a su escritorio y sentarse en la silla anhelada, han tenido el pensamient­o de “¿valió la pena?”. Por supuesto que sí, me lo confiesan, sin embargo, este momento lo habían visualizad­o mucho más lejano…aún hay fantasmas presentes, alado, esas angustias, las pesadillas de negros presagios, cuya existencia te hace dudar hasta de lo visto por estos ojitos que serán un manjar para los gusanos. Y escuchas así muy lejano las voces advirtiénd­ote no todo es cierto, real; pero tampoco irreal, vaya, una prueba muy ruda para tu sentido común, la confianza y poner a prueba las relaciones recientes, viejas y no tan cercanas… Todo eso hoy confluye en pensamient­os al momento de recorrer sola la oficina, cuyo es

Pero “aluego” recuerdas el compromiso con la gente y a echarse de nuevo “pa´lante”, no hay margen para las lamentacio­nes vamos a jalar para responder y cumplir

pacio recorrerás varias veces al día por tres años, con mucha suerte y trabajo, hasta seis. Ahí es donde de nuevo dices, ¡neta sí valió la pena! Es una montaña rusa aladín, así con subidas, bajadas y pendientes, más cuando van llegando los diagnóstic­os. Por momentos dices, no manches, apenas empezamos y así están las cosas, no me dará tiempo de nada. Pero “aluego” recuerdas el compromiso con la gente y a echarse de nuevo “pa´lante”, no hay margen para las lamentacio­nes vamos a jalar para responder y cumplir. Pero palabra, no había pensado, tan pronto estaríamos en este balance y sabes ¿por qué?, porque las condicione­s nos obligaron, no hay margen, conforme te enteras, resuelves y no paras, justo como la montaña rusa.

La rabadilla del Pollo

Pollos en el tejado me dicen, hay ocasiones en donde no se entiende cómo son las cosas. Una de ellas, jefe alado, es el tema de las ausencias de clases presencial­es en colegios. No pongas esa carapollue lo, nos explicamos… padres y madres de familia–algunos, no todos- se oponen a la asistencia de sus hijos o hijas a las aulas por el tema de contagios. En este momento andan con todo y, -no lo negarás- tienen toda la razón, deben cuidar de sus “bebés”, pero nos sigue brincando el ver aulas vacías, pero jardines o parques llenos…crees en un momento determinad­o el Covid, en su versión ómicron, diga…muajajaja atacaré a los y las niñas que asistan a clases presencial­es, pero al verlas y verlos en el parque, entonces el bicho exprese; “chiale, no los puedo atacar en los juegos, porque están re que te divertidos y ahí me puedo contagiar de lombrices o algo así”…por hoy, cierro pico. Shalom.

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