Orgullosamente antorchistas en el oriente mexiquense
El ejemplo de la Melchor Ocampo inuyó para la creación de otros asentamientos populares como: Wenceslao Victoria Soto, Marco Antonio Sosa, Ricardo Calva, Humberto Gutiérrez y otras no formadas por los antorchistas, se sumaron a las las de la organización social que ya había conducido las gestiones y luchas de miles de mexiquenses que carecían de servicios básicos o de alguna otra obra pública.
En una época en que la falta de vivienda popular entró en crisis derivada de la salida de miles de personas del entonces Distrito Federal, fenómeno que provocó el terremoto de 1985 dado que la gente llegó a vivir a municipios del oriente mexiquense, Antorcha Popular auxilió a miles de mexicanos a comprar legalmente un terreno barato en donde asentaron sus viviendas y poco a poco, con arduo trabajo, se hicieron de viviendas hechas con materiales aptos para la construcción y así también construyeron un patrimonio para sus hijos.
La lucha organizada, ahora tan despreciada y prácticamente anulada por el presidente de México, llevó grandes mejoras a las comunidades campesinas y populares, quienes por años fueron marginados por los gobiernos de todos los niveles, quienes sólo los escuchaban y daban solución a las necesidades que les planteaban los trabajadores a través de gestiones, mítines y marchas.
Hasta el año 2018 así funcionaron los gobiernos de los tres niveles de gobierno: invertían en obras públicas para los asentamientos populares, aunque sólo fuera después de manifestaciones públicas de protesta y denuncias, pero algo hacían para bene cio de la gente. Ahora, todos sabemos que con la llegada del gobierno federal “de la esperanza”, eso cambió: ahora el presidente López Obrador no hace obras públicas porque el dinero público lo atomiza mediante el reparto de apoyos directos.
Bien porque se apoye económicamente a adulos mayores y a estudiantes para que no deserten de las aulas (los cuales, por cierto, no deben inuir en el voto de nadie porque son apoyos constitucionales que nadie les puede quitar), pero por mucho que le dé apoyos directos a 100, 500 o mil personas de un asentamiento popular, ni la suma de todos ellos –suponiendo que los bene ciarios estuvieran dispuestos a aportarlos a la comunidad– servirá para construir una plaza pública para recreación de las familias o una clínica de salud en donde toda la población pueda restablecerse o redes de agua potable o drenaje. Lo que realmente serviría es inversión gubernamental para obras públicas, pero eso es lo que no quiere hacerlo el presidente de México.
Una y otra vez se ha dicho que Antorcha invade terrenos e ilegalmente se los entrega a precaristas, pero esto es absoluta mentira, pues todos los terrenos se han comprado a particulares, se han conseguido los permisos para fundar una colonia nueva y, posteriormente, se gestiona y lucha para que la gente acceda a servicios urbanos básicos y de todo tipo. De esto no sólo tenemos por testigos los contratos de compra-venta establecidos con los dueños de esos terrenos, sino también sus propios testimonios.
Los habitantes del cerro de El Tejolote y de la Melchor Ocampo, orgullosamente festejarán, el domingo 21 de abril, no sólo los años cumplidos en sus asentamientos populares, sino que lo harán con la frente en alto porque su trabajo cotidiano ha llevado a esos grupos humanos a alcanzar una vida digna, por lo menos en los lugares que habitan. ¡Felicidades antorchistas! Disfruten su celebración: se la merecen.
Etiquetas. Orgullo antorchista. Colonia El Tejolote. Antorcha Popular. Crisis de vivienda.