Dandis del congo
El grupo de congoleños que se sumerge en la industria de la moda.
Mientras las pasarelas del mundo se han convertido en una pancarta para luchas ambientalistas o defender los derechos, al otro lado del planeta, en plena África Central, un grupo de congoleños se pasea por las calles de tierra vestidos con trajes Gucci, Armani o Saint Laurent. Desolados por la violencia, la pobreza, la hambruna y el ébola, estos hombres reivindican en el diseño su dignidad. El fotógrafo español Héctor Mediavilla, junto a otros lentes también enamorados de un contradictorio movimiento, nos sumergen en esta intimidad fascinante que tiene alrededor de 100 años de historia.
a Sociedad de Ambientadores y Personas Elegantes (SAPE) nació en los años 20 como una subcultura en las ciudades de Kinshasa y Brazzaville, en la República Democrática del Congo y República del Congo, respectivamente. Sus promotores son los sapeurs, también llamados Dandis del Congo, quienes tomaron la elegancia de los colonos franceses y la hicieron completamente suya. Dicen que los hombres blancos crearon la ropa cara, pero ellos la visten como una gran obra de arte.
Casi se acaban de cumplir dos décadas desde el inicio del conflicto más sangriento de África, la Segunda Guerra del Congo, donde murieron alrededor de cuatro millones de personas y otras 3.4 millones fueron desplazadas hacia países vecinos. La paz aún no llega a esta región del continente y las precarias condiciones de vida contrastan con el estilo de los sapeurs, que eligen gastar fortunas en trajes de firmas de lujo para recorrer las calles de terracería como un símbolo de riqueza más espiritual que monetaria. Una trampa a la realidad: “Si te ves bien, estás bien”.
LA MAYORÍA DE LOS INTEGRANTES DE ESTE EXCLUSIVO CLUB AHORRAN DURANTE AÑOS PARA PODER COMPRAR CREACIONES DE DISEÑADOR, TAMBIÉN COMPARTEN ROPA ENTRE ELLOS PARA MANTENER UNA IMAGEN ELEGANTE. EL ARTE DEL SAPEUR ESTÁ EN SU CREATIVIDAD PARA CREAR LOOKS IMPACTANTES.
UN SAPEUR DESDE LOS AÑOS 70 ( SEVERIN MOUYENGO) EN LA ENTRADA DE SU CASA EN EL BARRIO DE BATACONGO. LAS SANDALIAS EN EL PISO SON DE SU FAMILIA, QUIENES ACOSTUMBRAN ANDAR DESCALZOS.