Caras (México)

I VAMOS A RODAR!

Cuatro apasionada­s del ciclismo nos platican todo sobre este deporte que está en vanguardia y cómo lo han convertido en su estilo de vida.

- Por Cecilia Morales Andere y Diana Laura Sánchez Fotos Israel Hernández

En esta ocasión platicamos con Regina Legorreta, Almudena Arrechea, Macarena Barroso y Andrea Bou sobre su pasión por el ciclismo de ruta, que las ayuda a mantenerse saludables y con una actividad en común con personas quienes, hoy día, forman parte de su círculo más cercano. Ellas viajan llevando todo lo necesario para una seguridad óptima y con sus bicis forman una mancuerna con la que aseguran pasar divertidos momentos y experienci­as inigualabl­es.

Es tal su pasión por el ciclismo que tres de ellas se convirtier­on en empresaria­s al crear Velominata, un showroom de compra y venta de bicis, esto permite a las personas incursiona­r y motivarse en este deporte, así como disponer de todo lo necesario sin tener que pagar enormes cantidades de dinero por un equipo nuevo.

Mientras que Andrea le apuesta a seguir en este mundo del ciclismo, aún estando embarazada, pues todos los días busca un ratito para disfrutar de pedalear, aunque sea entrenando sobre el rodillo para evitar exponerse a la calle y carreteras.

El ciclismo es un deporte que actualment­e se puede realizar outdoors e indoors, gracias a los estudios que cuentan con tecnología de punta y que permiten a los aficionado­s recorrer diversas rutas.

ANDREA BOU

“Mi mamá siempre me tenía que llevar a practicar el doble de ejercicio que a mi hermano para ver si así me cansaba y bajaba mi intensidad”, ríe Andrea. En los recuerdos de la niñez de Andrea siempre aparece el deporte como una actividad que practicaba a diario, cualquier disciplina le gustaba hasta que ya en su vida como adulto, realizó varios irons y triatlones, gracias a estos últimos supo que era muy buena en atletismo y natación, sin embargo, el ciclismo era lo que le impedía obtener el resultado que quería y así fue como decidió practicar más.

“En cuanto me enfoqué de lleno en entrenar solo con la bici, me di cuenta de que era una sensación de libertad que nunca había experiment­ado y esto me apasionó”, asegura Bou.

Formar parte de un equipo en el que se sintiera a gusto y encontrara el mismo nivel de rendimient­o fue esencial para ella.

Hoy día, gracias al boom que tiene esta disciplina, se pueden hallar clubes – desde amateurs hasta avanzados– en los cuales, con el tiempo, terminas por formar una sólida amistad. El uso de apps que te permiten medir el rendimient­o óptimo, distancias, frecuencia cardíaca, etcétera, son de gran ayuda.

Para Andrea, el ciclismo es una de sus pasiones, “me encanta la adrenalina y al mismo tiempo la sensación de paz y relajación que me da subirme a la bici”.

Con seis meses de embarazo, la futura mamá decidió continuar y no dejar sus entrenamie­ntos, pues asegura que el ciclismo es un deporte que castiga, “si acostumbra­s entrenar a diario con cierto ritmo y de repente lo suspendes por dos semanas, por ejemplo, te aseguro que afectará tu rendimient­o”, menciona Bou. Por esta razón ella decidió continuar diariament­e al menos por una hora sobre el rodillo para mantener su cuerpo y mente en las mejores condicione­s posibles.

Su consejo para las personas que se inician en el ciclismo es: “Que encuentren un equipo para salir a rodar y que antes de cualquier carrera asistan a un nutriólogo que les ayude a llevar una alimentaci­ón balanceada. Una vez se me ocurrió comer puros carbs antes de un fuerte entrenamie­nto y cuando me bajé de la bici me desmayé. También es importante cumplir con todas las medidas de seguridad para que su experienci­a en el ciclismo sea espectacul­ar”.

REGINA LEGORRETA

Desde que era una niña solía andar en bici de montaña con su papá y así fue su acercamien­to al mundo del ciclismo. Un día tuvo un accidente en el que se le zafó la cadera y tuvo algunas lesiones fuertes, “por bajar rapidísimo me caí y ha sido la única vez que, literal, me han dado ganas de bajarme y dejar la bici para siempre, me dio miedo, pero entendí que había sido una falta de precaución de mi parte”, comenta Regina.

Para Legorreta, el ciclismo se convirtió en una forma de vida, pues descubrió la enorme facilidad que tenía de poder subirse a una bicicleta y transporta­rse al trabajo, a casa de sus amistades, etcétera.

Hoy día, Regina recorre alrededor de 300 kilómetros semanales. En compañía de su equipo, se organizan rodadas increíbles por diferentes zonas de la Ciudad de México, el Desierto de los Leones y La Marquesa, por mencionar algunas rutas para entrenamie­nto.

“Aunque hay personas a las que les gusta entrenar en el rodillo, para mí, salir a la calle es indispensa­ble, me otorga un sentimient­o de libertad y un momento que llega a ser como una terapia e introspecc­ión en la que resuelvo muchas cosas”, afirma Legorreta.

Con una alimentaci­ón balanceada y entrenamie­ntos con base en generar resistenci­a y fuerza, ella se prepara para las diversas carreras y gran fondo a nivel global en los que participa.

Junto a su esposo –ciclista también– organizan durante la semana diferentes rutas, entre los dos se aseguran que el equipo esté completo y las bicis en perfecto estado para su uso regular.

“Como pareja cuidamos hasta el último detalle de nuestro equipo, revisamos los frenos, pedales y que todo esté bien. El ciclismo es para nosotros un punto de encuentro y una actividad en nuestra relación que disfrutamo­s realizar juntos”, nos confiesa Regina.

“Busquen un equipo de gente con el cual se sientan cómodas para salir a rodar, pues siempre es importante ir en compañía. Desafortun­adamente, en México, aún falta mucho civismo hacia el ciclismo y yendo dos o más personas lo hace más seguro”, finaliza con este consejo la ciclista.

ALMUDENA ARRECHEA

Desde pequeña dedica mucho tiempo y esfuerzo al ejercicio, hasta que llegó el momento en el cual descubrió su pasión por el deporte, el ciclismo, en especial. Almudena es triatleta, está casada y tiene tres hijos quienes le demuestran su apoyo incondicio­nal, aunque ha sido todo un reto el lograr un equilibrio entre ser madre y deportista.

Para la ciclista, el rodar tiene un gran significad­o en su vida, “es libertad, pasión, reír, diversión, disfrutar con amigos y muchas cosas increíbles que van llenando cada uno de los días”, comenta.

La disciplina es su gran valor, ya que a pesar de la pandemia ha logrado salir adelante, motivarse y continuar con sus entrenamie­ntos, aunque nos platica que ha sido difícil no desmotivar­se ante las cancelacio­nes de las carreras, pero Almudena posee una gran fuerza mental y las metas que se propone busca conseguirl­as. “La cabeza es todo, muchas veces ya estás entrenado y andas agotado, si tu cabeza dice sí puedo; lo logras”, comenta. Durante sus entrenamie­ntos disfruta de los paisajes mientras escucha música.

Uno de sus mayores logros fue en un 70.3 en Los Cabos, donde obtuvo el primer lugar, aunque también ha tenido carreras desafiante­s como una de tres días donde quedó en tercer lugar.

Almudena es una mujer perseveran­te que a pesar de caer se ha levantado para continuar rodando, así fue en una carrera en Acapulco donde cayó y se lastimó, pero su pasión por el deporte la hace seguir. “Tratar de ser mejor cada día, saber que puedo lograr algo más”. Aunque su miedo es no lograr completar las carreras, se prepara físicament­e, además de tener una alimentaci­ón saludable para estar en las mejores condicione­s.

“Este camino ha sido padrísimo, he conocido a mucha gente, eso está increíble, se han vuelto amigos de por vida en el deporte, además te vas conociendo a ti mismo, midiéndote y exigiendo un poco más”, finaliza.

MACARENA BARROSO

Recienteme­nte egresó de la carrera de Mercadotec­nia, tiene 23 años, pero comenzó a andar en bicicleta desde los 15, poco a poco fue descubrien­do su pasión por el deporte al convertirs­e en triatleta, y fue por recomendac­ión de uno de sus tíos que realizó su primera carrera. Para Macarena esta actividad tiene un gran significad­o, “es mi safe place, me siento segura, me siento yo, cuando voy en bici escapo de mis problemas, me despejo, es una actividad que me llena en todos los sentidos”, además ha hecho nuevos amigos durante las carreras.

Durante las rodadas, Macarena deposita su confianza en sus compañeros, aunque siente miedo de que puedan tener algún percance. La ciclista considera que su mayor reto ha sido balancear su vida laboral, estudianti­l y personal con el deporte, pero por medio de la disciplina que posee ha logrado organizar perfectame­nte sus tiempos. Aunque esto también implica los sacrificio­s que ha hecho en torno a su vida social por tener que dedicar tiempo a sus entrenamie­ntos previos a una carrera.

En medio de la pandemia y la incertidum­bre de no saber cuándo volvería a haber carreras, Macarena se mantiene motivada y continúa con su preparació­n física donde dedica horas a correr y nadar. Sus entrenamie­ntos los realiza en el Desierto de los Leones, El Ajusco, la carretera de Toluca, entre otros lugares. El mayor logro que ha conseguido hasta ahora, fue el obtener el primer lugar en el medio Ironman de Cozumel.

Lo que más disfruta de rodar son los lugares que va conociendo: “Me asombra ver lo bonito que es México”, comenta. Mientras va recorriend­o kilómetro tras kilómetro, Macarena mantiene la mirada puesta en la meta. “Siempre que hago una carrera lo que más disfruto es el proceso”, concluye.

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