Historias de una event planner
Nació en Pachuca, el 21 de septiembre de 1972, pero nunca había vivido aquí. Con cuatro meses en la ciudad, está convencida que lo suyo es la organización de eventos, pasión que quiere llevar lo más lejos posible, con la disciplina que le caracteriza.
Sus padres son de Actopan, pero cuando nació la llevaron a vivir a la Ciudad de México. “Nunca había vivido en Pachuca. Por el trabajo de mi papá, vivimos una temporada en África y Europa”, narró María Elena.
De vuelta en su tierra, puso sobre la mesa su trayectoria profesional para plantearse nuevos objetivos. “Pasé por muchas áreas, desde compras, hasta tecnología y eventos. Me pregunté: ¿Qué me apasiona? Y fue la organización de eventos. Era lo que yo disfrutaba, lo que me gustaba”.
La organización de convenciones a nivel empresarial le sirvió para llevar las bodas de sus dos hermanas, una en Mazatlán y otra en Querétaro. Esta última todo un reto.
“Fue una boda que me gustó mucho. Había presupuesto para armar la boda de sus sueños”. Como propósito se ha fijado crear momentos inolvidables y de paso, convertir a Hidalgo en un destino de eventos. “Porque es un estado que tiene mucho que dar”, comentó.
Como event planner, asegura tener la experiencia necesaria para orientar a quienes quieren realizar un evento, llevando el control de gastos, logística y tiempo, asegurando la calidad y calidez en cada servicio.
MOMENTOS RETADORES
Esta profesión lleva consigo momentos sublimes, pero también de reto. “Una vez hicimos una convención en una institución financiera en la que trabajaba, en la Riviera Maya. En todos los eventos es muy importante cuidar de la discreción.
“Esa vez, una invitada salió de la fiesta y no la encontrábamos. Andaba perdida, la encontró un señor de seguridad. Por poco pierde la vida en el mar. Son de esos temas que tienes que estar al pendiente”, contó María Elena.
MILAGRO CLIMATOLÓGICO
“En una convención en Puerto Vallarta, el pronóstico del clima era perfecto, en abril nunca llueve y menos en las playas. Pero se nubló y un director estaba súper angustiado, veíamos el cielo con grandes nubes negras. Nos salvó la superstición. Con cuchillos enterrados en el área… el cielo se asustó, se fueron las nubes y todo salió perfecto”, reveló.
MENTE Y CUERPO
Para María Elena, lo más valioso de la vida es la salud, tanto mental como física. “Si tienes una buena salud mental, automáticamente tienes una buena salud física. Al llevarte bien contigo mismo, puedes transmitir eso a tu familia, a la gente que te rodea. La vida es que estemos en armonía”.
Se considera una persona serena y lo equilibra con el orden, la organización y los detalles. En la primera impresión parece seria, pero realmente es muy cariñosa. “Me gusta que la gente se sienta bien cerca de mí. Tengo mi carácter. Hay cosas que me hacen enojar, pero cuando me molesta algo lo expreso… y cuando algo me gusta también lo reconozco”, agregó.
Tiene muy claros sus objetivos. En la parte personal quiere seguir creciendo, para estar bien consigo misma y disfrutar de las cosas que le gustan como viajar y pasar tiempo en familia.