La CNMV reconoce el impacto en la liquidez del veto a las ventas a corto
El daño persiste “atenuado” una vez levantada la suspensión No ve impacto en contratación, precios o volatilidad
El pasado mes de marzo, la Bolsa española parecía abocada a desplomarse sin frenos a medida que los inversores tomaban conciencia de la gravedad que tendría el impacto del Covid-19 en el país. En un intento de contener la hemorragia bursátil, la CNMV, el supervisor español de los mercados, decidió prohibir la contratación de posiciones cortas en la Bolsa española. La medida ha tenido un efecto negativo sobre la liquidez, que continúa una vez levantado el veto. Así lo reconoce la propia CNMV en un informe en el que analiza el impacto, en términos de eficiencia de mercado, de las restricciones sobre la operativa en corto introducidas en la sesión del 13 de marzo y, a continuación, prolongadas desde el 17 de marzo hasta el 18 de mayo.
En ese análisis no hay constancia de que el veto a los cortos –operativa con la que los inversores logran ganancias apostando por la caída de las cotizaciones– haya tenido efecto alguno en aspectos de mercado como los volúmenes de contratación, los precios, la volatilidad, la profundidad del mercado o los diferenciales de crédito de los emisores una vez levantada la prohibición. Aunque sí de forma “atenuada” sobre la liquidez. Este es de hecho uno de los principales argumentos de los detractores del veto a las posiciones cortas, una medida que la CNMV tomó por “la situación de extrema volatilidad que atraviesan los mercados” y en la que estuvo acompañada por otros reguladores europeos como el francés, el italiano, el belga, el austriaco y el griego.
El análisis se basa en una comparativa entre lo ocurrido en el Ibex 35 y el Dax alemán, que no tuvo ninguna restricción en las posiciones cortas a causa del Covid-19. El 12 de marzo el Ibex sufrió la mayor caída de su historia, con un derrumbe del 14% en la sesión, ante el pánico por los efectos económicos del coronavirus. Un día después la CNMV vetó las operaciones a corto sobre 69 valores del mercado, prohibición que extendería el día 16 a todas las cotizadas.
En el selectivo español, “la liquidez, medida a través de los diferenciales bidask, se vio afectada”, según explica la CNMV. Es decir, hubo ligero aumento en la diferencia entre los precios a los que están dispuestos a comprar los inversores y los que aceptan para vender. Tales diferenciales se incrementaron en ambos índices bursátiles en los primeros días tras el veto español a los cortos, aunque de forma más intensa en los valores españoles, que solo recuperaron niveles precrisis una vez suspendida la prohibición.
Aun así, el informe revela que “los valores sujetos a la prohibición habrían experimentado un deterioro de la liquidez en relación con la situación de no prohibición, efecto que, aunque atenuado, persiste una vez levantada la prohibición”. En el caso de la contratación, disminuyó en las acciones del Ibex con la prohibición de los cortos pero una vez levantada, se comportó de manera similar a las acciones del Dax. “Del análisis econométrico se concluye que la prohibición no tuvo un impacto significativo en la contratación de los valores sujetos a ella”, afirma la CNMV.
El análisis también revela que tanto el Ibex como el Dax perdieron profundidad durante el periodo en que estuvo vigente el veto español a los cortos, “lo que cabría atribuir al entorno generalizado de grandes turbulencias”. La CNMV apunta además a un factor diferencial que ha pesado sobre la Bolsa española, más allá de la prohibición a los bajistas. “La mayor pérdida de profundidad de los valores españoles podría explicarse más por el mayor riesgo país de estos valores que por la prohibición en sí”, añade.
El análisis de la CNMV tampoco aprecia efectos reseñables en la Bolsa española que puedan atribuirse a la suspensión de las posiciones bajistas en los precios, la volatilidad o los diferenciales de crédito de los emisores. Una vez finalizado el veto a los cortos, el Ibex sube el 1,45% desde entonces, frente al 11,34% del Dax o el 9,71% del Mib italiano, que sí estuvo sujeto a la suspensión. Y desde los mínimos de marzo, el selectivo español recupera el 12,61%, por debajo también del 28,18% del italiano o el 45,86% del alemán.
La pérdida de profundidad se explica “más por el mayor riesgo país que por la prohibición”