Milenio - Cinco Dias

La estrategia ‘value’ encadena la peor racha de resultados de su historia

Ha rentado solo una cuarta parte que otro tipo de acciones Los bajos tipos de interés y el boom de las tecnológic­as lo explican

- MIGUEL M. MENDIETA

Entre 1920 y 2007 la inversión en valor fue la reina. Esta estrategia, basada en identifica­r compañías infravalor­adas por el mercado para comprarlas cuando están baratas y lograr así un amplio margen de seguridad para que se revalorice­n, ha convertido en millonario­s y célebres a inversores como Warren Buffett (uno de los hombres más ricos del mundo), Peter Lynch o Francisco García Paramés. Sin embargo, desde la gran crisis de 2008 le está costando levantar cabeza.

De acuerdo con un informe elaborado por Bank of America, un dólar invertido en 1926 en compañías de estilo valor se habría convertido en 13.500 dólares hoy. Mientras que en compañías de estilo crecimient­o habría producido solo 6.300 dólares. El arte del value investing ha funcionado durante todas las crisis, conflictos bélicos, recesiones... hasta que cayó Lehman Brothers y ya nada volvió a ser igual.

El índice MSCI World mide la evolución de las compañías bursátiles más importante­s del planeta. El selectivo cuenta con una versión value y con una versión growth. La diferencia es abismal. El primer tipo de compañías se han revaloriza­do en los últimos 13 años un 53%. Mientras, las de tipo crecimient­o han rentado cuatro veces más, un 205%.

El patrón se ha repetido en Estados Unidos, en Europa... El índice Stoxx 600 mide el retorno de las grandes firmas europeas. Desde 2007, en todos los años ( salvo en 2018) sus componente­s value lo han hecho peor que los growth.

Las causas que explican esta disparidad de resultados son variadas. Hay quien lo achaca a las políticas monetarias laxas impulsadas por los grandes bancos centrales para salir del carrusel de la crisis. El dinero barato habría llevado a una entrada indiscrimi­nada de recursos en renta variable, sin discernir la calidad de las compañías. También se ha hablado del peso desproporc­ionado que tienen ahora los gigantes tecnológic­os (Amazon, Facebook, Apple, Microsoft...), o del auge de la inversión a través de fondos pasivos que replican índices.

La gran rotación

También se ha mencionado el largo ciclo alcista que vivió Wall Street hasta 2020, arguyendo que las compañías value acaban reflejando su correcta valoración cuando llegan las caídas bursátiles. Pero la crisis del Covid-19 está siendo tan efímera en términos bursátiles que esa tesis no se ha llegado a demostrar.

Sea como fuere, lo cierto es que en los últimos cinco años se habla de “la gran rotación”, el momento en que el mercado reconocerá al fin que la estrategia de los gestores value era la correcta y estos volverán por sus fueros. Sin embargo, ese momento no llega.

El caso español

En España, hace 10 años solo había una gestora que defendiera el value investing: Bestinver, liderada por Francisco García Paramés. La firma acumuló rentabilid­ades anuales superiores al 14% y esquivó la crisis de las puntocom, lo que le valió un halo legendario.

En 2014, Paramés dejó por sorpresa Bestinver. Por contrato, no podía montar su propia gestora hasta dos años después. Curiosamen­te, esa ruptura propició la fiebre por el value investing en España. El trono había quedado vacío y había varios postulante­s. Surgieron Magallanes Value, Horos Asset Management... los exsocios de Paramés montaron Azvalor y, finalmente, este último creó Cobas Asset Management. El universo value se había ensanchado, pero los resultados no han acompañado.

El fondo estrella de Magallanes, tras un buen arranque, se ha estancado. En los últimos cinco años su retorno medio anual ha sido del 1,68% y del -5,3% en los tres últimos años. El fondo estrella de Azvalor, más reciente, registra unas pérdidas medias anuales del 9,1% desde 2017 y el de Cobas un sorprenden­te -19,5% de media anual en los últimos tres ejercicios.

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