Tirón de orejas a la alta velocidad española
Ve “nulo” beneficio socioeconómico en los corredores de alta velocidad Pide más gasto en Cercanías y limitar las subvenciones a vuelos insulares
La Autoridad Independiente de Responsabilidad española (Airef) publicó la semana pasada un nuevo informe de revisión del gasto público ( spending review) centrado en esta ocasión en los 340.000 millones de euros destinados a infraestructuras del transporte en los últimos 35 años (7.000 de ellos en 2018), concluyendo que ha habido fuertes desviaciones al alza en los recursos destinados a la alta velocidad (AVE), un déficit en Cercanías y que es necesario redefinir las subvenciones a los vuelos extra peninsulares.
El informe detalla que desde el año 2000 se han gastado en esta materia unos 262.000 millones (de los que 57.641, el 22%, provinieron de fondos europeos), pero que la reducción progresiva de fondos desde la crisis desatada en 2008 pone en peligro el mantenimiento de las infraestructuras si las inversiones no se elevan en la próxima década.
Sin embargo, el organismo fiscalizador insta a revisar con atención cada proyecto tras identificar un generalizado “optimismo de los planificadores, que tienden claramente a subestimar los costes” de las obras (con facturas finales que siempre superan en un 30% el presupuesto inicial, e incluso un 50% en la alta velocidad) y también a “sobrestimar sus beneficios, especialmente la demanda de viajes”, a menudo muy inferior a la prevista.
Tanto es así que, siendo España el país del mundo con una mayor red ferroviaria de alta velocidad tras China, es el que menos uso intensivo le da. “Los resultados muestran rentabilidades socioeconómicas entre nulas y mínimas en todos los corredores de alta velocidad”, subraya el informe, que concluye que “los beneficios sociales”, que a menudo priman a regiones que ya estaban mejor conectadas que otras, “no compensan los costes fijos de la construcción”. Así, entre 1987 y 2018 se han invertido 61.000 millones en alta velocidad (14.086 europeos), con un coste medio de 15,3 millones por kilómetro de vía. Una cifra por debajo de la media pero que, ante los excesos detectados, lleva a la Airef a pedir el replanteamiento de los 73.000 millones de inversión pendientes en el AVE para alcanzar los 8.740 kilómetros de red anunciados, 5.654 más que ahora.
Un órgano fiscalizador
Así, la Airef pide la creación de un organismo independiente que fiscalice estos proyectos, comenzando por los que aún están por concluir, para evitar desviaciones como las vividas y aspirar a captar recursos del nuevo fondo europeo de recuperación. También invita a potenciar el uso del AVE para mejorar su rentabilidad.
Frente a estos sobrecostes, Airef destaca que, siendo la más usada, la red de Cercanías tiene vías de más de 21 años de antigüedad y sus tres principales núcleos (Madrid, Barcelona y Valencia) solo ha disfrutado de 740 millones de inversión de los 12.400 proyectados en la última década. Urge, dice, solventar este déficit.
Finalmente, la Airef ha detectado que las subvenciones del 75% sobre los vuelos que se ofrecen a los residentes en territorios extra peninsulares del país, como Canarias o Baleares, deben rediseñarse porque han encarecido los precios de los billetes y benefician más a las rentas altas, las que más viajan, que al resto. Dado su elevado coste público, que pasó de 324 millones en 2017 a 730 en 2018, el organismo que dirige Cristina Herrero aboga por limitar la ayuda a un monto fijo por persona y año, frente a la actual subvención que cubre siempre un mismo porcentaje sobre cada billete.