Las empresas abren filiales para que les compre su deuda
Coca-cola, Nestlé y otras firmas se benefician del plan anti-covid europeo
El BCE presume de haber respondido esta vez a tiempo a la debacle económica por el coronavirus. Ha desplegado una potente bazuka, dotada con 1,35 billones de euros con la que dispara tanto a la deuda soberana como a la corporativa. Un salvavidas en tiempos de zozobra económica no solo para las grandes empresas europeas, sino también para las de fuera de la UE. Así, grandes corporaciones británicas, estadounidenses o suizas –como Coca-cola, Nestlé, BAT, Roche o Novartis– emiten desde países de la zona euro para beneficiarse de los programas de compra del BCE. Un proceso que la crisis del Covid-19 no ha hecho sino potenciar.
Hecha la ley, hecha la trampa. El BCE no pone una letra pequeña demasiado estricta para que las empresas puedan beneficiarse de sus programas de compra de bonos. En esencia, solo adquiere títulos que tengan un rating en grado de inversión para las principales agencias –por encima de BBB- para Fitch y S&P y de Baa3 para Moody’s–, que su divisa sean el euro y que estén emitidos en un país de la zona euro.
En teoría, esto excluiría a grandes grupos norteamericanos (Coca-cola, Mondelez, John Deere o Whirlpool), suizos (Novartis, Roche, Nestlé o Adecco) o británicos ( BAT, WPP). Sin embargo, estas empresas han encontrado el modo de aprovecharse de los programas de estímulos, el BCE, al tiempo que también sacan partido de los de sus bancos centrales nacionales, como la Fed o el Banco de Inglaterra. “Vemos que empresas de fuera de la UE empiezan a emitir en euros desde filiales en países de la zona euro”, apunta Francisco Chambel, director de mercados de deuda de Unicredit.
La fórmula es elegir un país cuya divisa es el euro –habitualmente optan por aquellos con una baja fiscalidad para las grandes empresas, como Luxemburgo o Países Bajos– y crear allí una filial, cuyo único objetivo es emitir bonos en euros que sean comprados por el BCE. De este modo, logran vencer la gran barrera que establece Christine Lagarde a las empresas no europeas.
Nombres propios
“Empresas de fuera de la zona euro están constituyendo sociedades o vehículos para emitir deuda en euros y poder optar a los programas de compra del BCE. Algunas compañías estadounidenses ya lo han hecho, y, aunque también la Fed tiene programas de adquisiciones, prefieren tener todas las opciones a su disposición para obtener los mejores precios”, señala Fernando García, director de mercado de capitales de Société Générale.
Esta no es una fórmula nueva. De acuerdo a los registros del BCE, en el abultado balance del banco central se encuentran bonos de más de 20 compañías cuya sede se encuentra fuera del club de los 27. Fuera de este cómputo quedan los títulos que ha adquirido con un su nuevo programa antipandemias, si bien su uso se está centrando en la deuda soberana y ha dejado a la corporativa para sus instrumentos anteriores. Además de los grupos mencionados, el BCE es dueño de deuda de la empresa de lujo suiza Richemont, de la petrolera estadounidense Schlumberger, de la socimi americana WPC o la sanitaria suiza Gebert. Incluso cuenta con títulos de una empresa de Hong Kong, el holding CK Hutchison, dueño de varias telecos, grandes almacenes, infraestructuras y grupos de comunicaciones.
“Estamos viendo que compañías que previamente no eran elegibles por su país de procedencia están constituyendo estructuras societarias en Europa para poder emitir en euros y cumplir con los requisitos de elegibilidad del BCE”, apunta Manuel Puig, managing director IG Finance DCM de BNP Paribas para España y Portugal.