Para qué puede servir la criptomoneda de Facebook
Un artículo publicado por el Banco de España da pistas de usos Mejoras en la supervisión y en los pagos son las posibles ventajas
El proyecto de creación de una nueva moneda de uso global que Facebook anunció a mediados de 2019 junto a inicialmente otras 27 organizaciones generó una gran expectación y atrajo la atención de los reguladores de todo el mundo. Libra, la criptomoneda de cambio estable respaldada por la red social, no ha sido lanzada al público todavía, pero ya ha tenido efectos a la hora de cambiar el panorama de estas divisas. Bancos centrales como el BCE se afanan en estudiar la emisión de sus propias divisas digitales estables y casi un año y medio después de su presentación, sigue siendo objeto de análisis por parte de diferentes autoridades monetarias.
El Banco de España recoge en un reciente artículo lo que podría suponer el uso de stablecoins como libra. La institución ve todo un abanico de posibilidades en la implementación masiva de este tipo de dinero, principalmente en el lado de los pagos y de la supervisión monetaria. “Si tienen éxito, las stablecoins podrían simplificar e impulsar nuevas formas de intercambio en la economía digital, los contratos inteligentes permitirían la automatización de ciertas transacciones, como por ejemplo transferir los fondos para la compra de una casa únicamente cuando se haya recibido un informe satisfactorio de una inspección.
El intercambio de dinero se produce de forma automática si se cumplen una serie de condiciones objetivas que lo activan”, explica.
Este tipo de contrato inteligente potenciado por las stablecoins como libra o la de los bancos centrales tendría aún más potencial en un contexto de mayor desarrollo del internet de las cosas. El texto recogido en la última Revista de Estabilidad Financiera del Banco de España cuenta cómo los coches autónomos podrían hacer micropagos a otros vehículos del mismo tipo para que se cambien de carril y faciliten el tránsito del pagador en caso de tener prisa y haber un tráfico denso.
Las transferencias de dinero público también pueden verse beneficiadas. “Los Gobiernos podrían usar dinero programable en forma de stablecoins para restringir el uso a ciertas tiendas o productos, haciendo incluso que el dinero expire pasado un cierto tiempo”.
En el lado de la supervisión de la política monetaria, el artículo detalla que se puede abrir la puerta a una nueva etapa que denominan “supervisión integrada”. Incorporando la entrega de información automática al supervisor y garantizando acceso al registro de la propia red de la stablecoin, se haría posible la obtención de datos críticos para las autoridades en tiempo real. “Se puede usar para mejorar la calidad de los datos disponibles para los supervisores y a la vez reducir las obligaciones de las entidades”.
De esta forma, según el artículo, se podría reducir la “barrera de entrada” creada por los requerimientos administrativos a la hora de prestar servicios financieros. Gracias a esta nueva supervisión integrada, sería posible minimizar los costes de cumplir con los supervisores y favorecer una mayor competencia.
Por qué libra
Desde el punto de vista de Facebook, si libra funcionara, la criptomoneda supondría una serie de ventajas para los impulsores.
Ignacio de la Torre, economista jefe de Arcano Partners, resume en tres puntos los beneficios. Por un lado, la Asociación Libra podría obtener rentabilidad al invertir las monedas que se les entrega a cambio de libra. “Ellos van a recibir dinero por emitir su moneda y el activo lo pueden invertir en bonos. Si haces eso con bonos chinos, te rinden un 3,2% y ese dinero se lo quedaría la Asociación Libra”.
“Segundo y muy importante, con libra se quedarían el dinero que ganan los bancos a través de medios de pago, porque podrían intermediar transferencias. Y tercero, consiguen una ingente cantidad de datos de cómo la gente mueve y gasta su dinero, lo cuál tiene un gran valor desde el punto de vista de inversión publicitaria”, concluye.
Los emisores de libra se verían beneficiados al obtener datos y rentabilidad
Los Gobiernos podrían hacer que el dinero que transfieren tenga fines concretos