Milenio - Cinco Dias

La deuda global en negativo marca nuevo récord y sube un 105% desde marzo

El volumen por debajo de cero ronda los 14,7 billones de euros Una emisión china causa el último repunte de esta deuda

- GEMA ESCRIBANO

La semana pasada un nuevo jugador entró en escena. El exceso de liquidez, los bajos tipos de interés y la mejora macroeconó­mica fueron los ingredient­es perfectos para que China se estrenara en el mercado de deuda a tipos negativos con la emisión de 750 millones en un bono denominado en euros con vencimient­o en 2025 y un tipo de interés del -0,15%. Esta colocación fue el catalizado­r perfecto para impulsar el volumen de deuda a tasas negativas. Según datos de Bloomberg, el importe de bonos que cotizan con rendimient­os negativos alcanza los 14,74 billones de euros, nuevo máximo histórico.

Cuando un país o una empresa acude al mercado en busca de financiaci­ón y emite deuda, el apetito inversor puede provocar esta anomalía: la de pagar dinero a cambio de prestarlo. En un entorno donde la inflación es negativa o cercana a cero y la situación inversora está rodeada de incertidum­bre, a algunos agentes del mercado les compensa pagar por dejar su dinero en activos considerad­os seguros. Normalment­e, esto no significa que el emisor cobre por pedir dinero, sino que se produce por las operacione­s de compravent­a entre los propios inversores en el mercado secundario.

En lo que va de año, el volumen ha crecido un 47%, aumento que supera el 105% desde los mínimos anuales registrado­s el 19 de marzo (7,178 billones). El estallido de la pandemia y su expansión por Europa y EE UU provocó una fuerte sacudida en los mercados que se tradujo en fuertes caídas de las Bolsas y en repuntes de las rentabilid­ades de la deuda, con el consiguien­te desplome en los precios. Una vez más tuvieron que llegar los bancos centrales para devolver la estabilida­d. La vuelta de los tipos cero en EE UU –en la eurozona permanecen en ese nivel desde marzo de 2016–y la batería de medidas puestas en marcha para hacer frente a la situación han ayudado a calmar las tensiones. Pero han sido las compras de deuda el instrument­o más eficaz para devolver las rentabilid­ades a tipos negativos.

El primero en mover ficha fue la Reserva Federal, que a comienzos marzo acordó por unanimidad la adquisició­n de bonos públicos y títulos respaldado­s por hipotecas. Unos días después le siguió los pasos Christine Lagarde con el anuncio del programa de compras frente a la pandemia, instrument­o que amplió en junio, hasta los 1,35 billones de euros. A ellos se unen el Banco de Japón, pionero en las compras de deuda, y el Banco de Inglaterra, que en la pasada reunión elevó las suyas un 20%, hasta los 895.000 millones de libras (un billón de euros).

El resultado de las políticas expansivas es una rebaja

La intervenci­ón de bancos centrales es decisiva a la hora de generar esta distorsión

de los costes de financiaci­ón tanto para Gobiernos como para las empresas. En algunos casos incluso es el inversor el que se ve obligado a pagar por dejar su dinero en estos activos en lugar de obtener rentabilid­ad. Solo en la zona euro el monto de deuda pública a tipos negativo alcanza los 7,077 billones de euros con Alemania (1,74 billones) y Francia (1,88 billones) a la cabeza. Los países periférico­s no escapan a esta corriente. España cuenta con 1,2 billones, seguida de Italia (0,84billones) y Portugal (0,13 billones) de bonos públicos con rentabilid­ades inferiores al 0%.

Pero que en la actualidad la deuda cotice con rendimient­os negativos no significa que su emisión haya sido a estas tasas. En España solo se han alcanzado rendimient­os negativos en el mercado primario para las letras y los bonos a medio plazo. Las tensiones de deuda provocaron incluso que el Tesoro volviera a pagar por vender letras a 12 y 9 meses por primera vez en cuatro años. Si se suman los bonos corporativ­os el volumen de deuda en la eurozona que cotiza a tasas negativas se sitúa en los 8,07 billones, de los cuales dos billones están en el mercado alemán.

La deuda en negativo se extiende a EE UU y Japón. El volumen de bonos gubernamen­tales estadounid­enses que cotizan con tasas negativas alcanza los 1,54 billones, a gran distancia de los 5,3 billones de Japón.

Alemania es el rey europeo de la rentabilid­ad negativa: dos billones de euros

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