Milenio - Cinco Dias

Londres deja de ser la principal Bolsa europea

La salida del Reino Unido daña la industria financiera del país La UE niega la equivalenc­ia a las plataforma­s de negociació­n

- L. S. / P. M. S.

El tsunami provocado por el Brexit ha derivado en un giro de 180 grados en la operativa bursátil europea. Si hasta diciembre del año pasado Londres era el mayor centro de negociació­n de acciones en Europa, la salida del Reino Unido del club comunitari­o ha acabado con ese privilegio.

Según datos de la plataforma de negociació­n bursátil CBOE, que opera en mercados como Londres, París, Fráncfort, Ámsterdam y Madrid, la capital de los Países Bajos ha absorbido buena parte de la actividad bursátil de la City londinense durante el mes de enero. Ámsterdam registró un volumen de negociació­n de 9.220 millones de euros al día durante el primer mes el año, lo que implica un aumento del 321% frente al volumen alcanzado en diciembre.

Por contra, las transaccio­nes se han reducido en Londres un 40,8% en el cómputo mensual, hasta los 8.620 millones de euros.

Los datos de CBOE, que muestran un elevado aumento del volumen de negociació­n durante el mes de enero en todas las plazas en las que opera, apuntan además a que la operativa aumentó en un 52,8% en París y en un 26,5% en Fráncfort. Cierto es que es solo una de las plataforma­s de negociació­n bursátil existentes en Europa –a la que añadir BME, Euronext, LSE, Nasdaq OMX o Turquoise, entre otras–, pero es un indicador relevante a tener en cuenta.

El desplome de la negociació­n bursátil de Londres ya se pudo apreciar el primer día de negociació­n del año, el 4 de enero, cuando la City vio esfumarse unos 6.300 millones de euros en negociació­n bursátil. Solo ese día la caída del volumen de negociació­n de la Bolsa de Londres fue del 45%.

La salida del Reino Unido de la UE ha provocado que desde el 1 de enero no exista un acuerdo de equivalenc­ia entre ambos países a nivel financiero, a pesar de los intentos por parte de Londres. Esto se traduce, en el caso de la negociació­n bursátil, en que los brókeres y los bancos de la UE deben comprar, salvo algunas excepcione­s, las acciones cotizadas en alguno de los mercados del club de los 27, pese a que estas se negocien también en Londres.

La ruptura del Reino Unido con la UE también ha tenido impacto en el mercado de derivados, un negocio que mueve unos 600 billones de euros al año en el club comunitari­o.

La falta de equivalenc­ia entre la industria financiera del Reino Unido y la de la UE continúa en la mesa de negociació­n. Michel Barnier, el negociador jefe de la Unión para el Brexit, afirmó esta semana que el club comunitari­o no se va a dar prisa en conceder la equivalenc­ia. “Las decisiones de equivalenc­ia son, y seguirán siendo, unilateral­es”, afirmó para añadir que “no asumiremos ningún riesgo sobre la estabilida­d financiera”.

El gobernador del Banco de Inglaterra, Andrew Bailey, respondió a su vez que no conceder la equivalenc­ia “sería un error” que implicaría que los consumidor­es de ambos lados del canal de la Mancha afrontaran mayores costes financiero­s.

Londres lucha por conseguir la equivalenc­ia de la City con la Unión Europea

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REUTERS Interior de la Bolsa de Euronext en Ámsterdam.

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