ContraReplica

Más allá de… la Guardia Nacional

- RUBÉN CORTÉS

En la aprobación unánime del Senado para una Guardia Nacional sin militariza­ción, se puede leer un cambio de narrativa en las pulsiones autoritari­as de la 4T: hubo acuerdos, una oposición construyen­do posturas y el presidente y sus operadores haciendo política.

La reforma constituci­onal avalada con voto a favor de los 127 senadores presentes (sólo faltó uno) es histórica por ser la única votación registrada así en el Senado al menos desde 1997 y porque le da a la operación presidenci­al un velo democrátic­o que no había tenido.

Es de esperar que esto no sea apenas un capítulo del libro, lo cual también es posible, si se tiene en cuenta que la reforma constituci­onal avalada en el Senado para que el mando sea civil y no militar, puede ser todavía enmendada en la Cámara de Diputados.

El dictamen regresa a San Lázaro, donde Morena detenta la mayoría absoluta y su jefe hizo notar ayer su disgusto con lo avalado en el Senado.

“A mí me gustaba el modelo de una policía militariza­da”, advirtió Mario Delgado.

Aunque si la Cámara se aferrase a mantener el punto de “policía militariza­da”, entonces este tema de la Guardia Nacional se congelaría seis meses, para ser discutido en el próximo periodo de sesiones que arranca en septiembre.

Sí: Ricardo Monreal, jefe de Morena en el Senado, consultó y recibió la aprobación del presidente en todos los detalles de cambios a la minuta. Pero también es cierto que Delgado no defendería la policía militariza­da sin saber que al presidente también le gusta la policía militariza­da.

Incluso, el mandatario no pareció tenerlas todas consigo. “Confío en que, pese a mantener sólo por cinco años a los integrante­s de las fuerzas armadas, la Guardia Nacional va a funcionar ”. Hasta Delgado indicó que al presidente le gustaba la propuesta que permitía “que los militares pudieran participar en labores de seguridad pública”.

Sin embargo, es más de desear quedarse con la idea de que en la minuta del Senado se registraro­n acuerdos, que se observó a la oposición construyen­do posturas y que el presidente y sus operadores políticos se emplearon a fondo para hacer política.

Ahí encaja Monreal, quien lució sus más brillantes dotes de político de oficio y sensibilid­ad para conseguir el acuerdo en el tête à tête con coordinado­res de tanta cancha como Miguel Osorio, quien le comandaba a la oposición, le garantizab­a la mayoría y… no quería policía militariza­da.

Monreal no sólo debió cabildear con otros políticos avezados como Miguel Mancera: también con organizaci­ones civiles y el representa­nte de la ONU, que tenían una posición contraria a la propuesta oficial sobre la Guardia Nacional.

Pero la principal lectura es una tajante. Ayer se demostró que…

Hay Senado.

Incluso, el mandatario no pareció tenerlas todas consigo. “Confío en que, pese a mantener sólo por cinco años a los integrante­s de las fuerzas armadas, la Guardia Nacional va a funcionar”. Hasta Delgado indicó que al presidente le gustaba la propuesta que permitía “que los militares pudieran participar en labores de seguridad pública”

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico