ContraReplica

SENSUALIDA­D FEMENINA

Toda mujer busca un momento de intimidad para fotografia­rse y qué mejor que un profesiona­l lo haga para obtener un mejor resultado

- Tw: @lauragarza Instagram: @lauragarza­g Web: www.lauragarza.com LAURA GARZA ENFOQUE MANUAL

Boudoir, una palabra de origen francés y que nombra a esa habitación que nosotros conocemos como el tocador, en donde las mujeres se maquillan y se retocan lo necesario para salir aún más hermosas. Era un lugar descrito como encantador, elegante y frívolo, según las palabras de Marqués de Sade.

Un detalle interesant­e era que el hombre sí podía entrar, pero sólo si fuese invitado. Nicolás Le Camus de Meziéres, un destacado y considerad­o genio en la arquitectu­ra, describía a este espacio así: “es la morada del deleite sensual, por lo cual, es esencial ambientarl­o en un estilo en el que predomine el lujo, la suavidad y el buen gusto”.

Pues bien, teniendo ya un poco de contexto, podemos entender el estilo de fotografía que lleva el mismo nombre, que en estos últimos años ha tomado relevancia entre fotógrafos y entre mujeres que buscan mostrar su sensualida­d, sin necesidad de llegar al desnudo.

La fotografía al desnudo coloca a la mujer ante la mirada externa sin pudor alguno, mostrando su cuerpo al natural.

En cambio, la fotografía Boudoir lleva a la mujer a descubrir su sensualida­d ante sus propios ojos.

La sesión que es dirigida por uno o una fotógrafa, debe crear un espacio de intimidad para la mujer que posará frente a su lente.

Su objetivo deberá ser reflejar su belleza con un toque de coqueteo, ese que no es para quien toma las fotos, sino hacia la lente, hacia su propio reflejo, ante sus propios ojos.

Alejandro Morales, el autor de esta fotografía que hoy les presento, es un joven profesiona­l de la lente que conocí hace unos cuatro años en el Photoworks­hop en Nueva York que organizamo­s en Círculo Rojo.

En el Siglo XVIII, las casas opulentas o los castillos tenían una habitación privada en sus dormitorio­s, piensen que es la época de Luis XVI, las mujeres tomaban este espacio como un lugar íntimo en donde bien podían arreglarse, pintar, cantar o incluso tener uno que otro encuentro amoroso. Morales decidió lanzarse a profesiona­lizarse a partir de ese viaje y lo ha ido haciendo de manera correcta. Ha ido de menos a más, de ser tímido a ser lo suficiente­mente expresivo con sus modelos y clientes.

Ha aprendido a crear el ambiente necesario para que lo busquen mujeres jóvenes y no tan jóvenes, quienes llegan con un poco de timidez, pero que al entrar en confianza y sentirse como si estuvieran en esa habitación a solas, se dejan llevar poco a poco, hasta que las poses surgen de manera natural y de forma espontánea.

Morales ha ido encontrand­o un estilo que le favorece. Ha podido depurando su ojo para hacer composicio­nes más limpias y con una composició­n más llamativa.

Ha ido perfeccion­ando su técnica y también se ha animado a jugar más con las poses. Su personalid­ad es abierta, y de alguna u otra forma con su buen humor ayuda a que las chicas se relajen y entren en confianza muy pronto.

El boudoir es un espacio para que disfrutemo­s, para que nos dejemos llevar, para sentirnos y darnos cuenta de la belleza de nuestro cuerpo. Somos mujeres, y por sí solas portamos un cuerpo hermoso que muchas veces no sabemos cómo apreciarlo.

Siempre he creído que este tipo de fotos es para nosotras, no para enviar a los novios del momento, porque justo un día dejan de serlo o quizá me lean y digan, e incluso piensen, obviamente, que dudarán por siempre, pero ¿y si no? Y ustedes ya les compartier­on un momento de intimidad. Obviamente, todas saben qué hacer con sus fotos, pero siempre se los he dicho a mis clientas, más vale exagerar, pero que sepan lo que puede pasar.

Si ustedes están buscando hacerse una sesión así, busquen a Alejandro en su Instagram como @alex.m_d y disfrútenl­o.

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