Neoinstitucionalismo y estado
El neoinstitucionalismo es una corriente de pensamiento que se ha posicionado como uno de los paradigmas hegemónicos en las ciencias sociales, y se ha convertido en parte fundamental de la vida política, económica y social de las naciones. De igual manera, se ha introducido en el estudio de la democracia, la cultura y el comportamiento político de las instituciones y la ciudadanía con un significado amplio y conductual a favor de la fortaleza del Estado.
Esta corriente considera como objetivo central que las instituciones funcionen de manera más autónoma. Al mismo tiempo participa en su economía, para hacerla más dinámica; en la política para convertirla en instituciones acordes a las necesidades de los ciudadanos, y en la sociología para interactuar con base en los valores tradicionales de hábitos y roles de los individuos.
El neoinstitucionalismo es aplicable en los ámbitos de la economía, la sociología, la ciencia política y el derecho. En palabras de Douglass Cecil North son las reglas del juego en una sociedad que dan forma a la interacción humana, cuya intención es reducir la incertidumbre en los resultados de las instituciones sociales en beneficio de la sociedad.
En el neoinstitucionalismo resulta la variable política para la consecución de los grandes objetivos del Estado como parte fundamental de cualquier proyecto nacional, se le considera una forma de integrar a los individuos e instituciones revalorizando los logros históricos.
Las instituciones de gobierno son parte importante del Estado, ya que son el instrumento para ejecutar funciones primordiales que se encuentran encaminadas a la consecución de valores como el bienestar general, el orden, la seguridad humana, la justicia y la paz.
La actividad humana, mediante la permanente acción de pensamiento y obra propaga los modelos conceptuales establecidos por el Estado, asume una función dinámica en donde los procesos de aprendizaje de normas, usos y costumbres en el contexto social se transforman en significativos y se vuelven sensibles para el ciudadano.
El Estado tiene entre sus fines el bien común de las personas que integran su población, y conforme la sociedad tenga mayor acceso a los servicios que protejan derechos como la salud, educación y seguridad, entre otros, mejores serán sus condiciones de vida. En tanto que, el Neoinstitucionalismo busca que las instituciones, como reglas del juego en una sociedad en la que se propicia la interacción humana entre los diferentes actores sociales, tengan mayor autonomía y sean acordes a las propias necesidades de la ciudadanía, logrando con ello el bienestar social.
Flor de loto: “La paz, el orden, la seguridad, la justicia y el bienestar general son fines del Estado y del orden jurídico”.