NO TENEMOS NI IDEA
El fotoperiodismo nos abre una ventana al mundo y nos permite no solo ver lo que pasa, sino nos invita a tratar de entender y reflexionar lo que en realidad sucede
La violencia nunca será buena y no debería de ser la respuesta a los diversos problemas.
Durante el fin de semana las agresiones fueron en aumento, por la decisión de Nicolás Maduro de bloquear la entrada de la ayuda humanitaria en la frontera de Colombia y Venezuela.
Esta imagen tomada por el fotoperiodista español Andrés Martínez Casares, quien es parte del staff de Reuters y a pesar de que su base es en Haití, lleva ya un tiempo en Venezuela cubriendo su situación política.
Una fotografía que lo dice todo. Su cobertura visual, es muy completa, pues desde los actos de Guaidó hasta las escenas más fuertes y dolorosas que un fotoperiodista puede captar en una manifestación llena de agresiones y de represiones por parte de las autoridades.
Pero esta imagen que hoy les presento, aún sin sangre a la vista y sin el rostro de dolor e impotencia, nos hace imaginarlo.
Quizá nos llene de coraje al ver la situación que viven millones de personas ante las decisiones de un hombre que no tiene como prioridad el pueblo, y sin embargo podría decir que no tenemos ni la más mínima idea de lo que eso es.
Saber que tu salario mínimo solo es el equivalente a seis dólares, que no alcanza para comprarle comida a tus hijos, para tener ni siquiera artículos de higiene personal, que si uno de tus familiares o incluso tú mismo te enfermas, no tienes a dónde ir, ni a dónde acudir por ayuda.
La defensa a la que han llegado cientos de personas de salir a las calles y exigir sus derechos, reclamar paz, demandar una mejor vida es totalmente válido.
No tenemos idea de lo que es que nos cierren las fronteras con el país vecino, a donde acudes a trabajar diariamente y es de allí de donde ganas un dinerito para poder mantener a tu familia, tu esfuerzo de cruzar a diario para que haya casa y alimento.
Yo creo que no sabemos a ciencia cierta, qué haríamos si algo así llegara a pasar aquí.
Esta señora que se pone de rodillas frente a más de una docena de militares que tienen como orden bloquear el acceso de esos camiones llenos de papel del baño, de comida no perecedera, de todo eso a lo que no tienen acceso de manera directa, pide en son de paz que los ayuden.
Andrés estuvo en el puente Simón Bolívar en la frontera colombo-venezolana haciendo su trabajo y lo que le gusta. Ha cubierto el hambre, violencia, tragedias naturales y políticas, porque le gusta capturar historias que se centran en los seres humanos.
Me llama la atención que una de sus declaraciones acerca de su forma de trabajar, coincida con esta imagen. “A veces las fotos no son solo lo obvio, sino una invitación a pensar y analizar un evento. La curiosidad humana nos hace mirar a través de cualquier agujero o grieta que podamos encontrar para ver y entender”.
Eso hizo al pararse allí en medio de la calle, sabiendo que podía ser lastimado por cualquiera de las dos partes y fotografiar a esta señora que seguro tenía su rostro marcado por el extenuante sol y esa fuerza deteriorada por exigir a diario una mejor vida.
Una súplica, una demanda, un lamento, una esperanza y un rezo por tener paz, alimento y la oportunidad de vivir libremente.
Todo eso, me lo imagino, porque en verdad creo que aún y con estas imágenes, no podría saber lo que en realidad ella siente mientras pone sus rodillas en ese ardiente cemento.
Manifestantes que exigían la entrada de esos camiones repletos de ayuda a su país, fueron violentados, apedreados, golpeados, atropellados y lesionados con gases lacrimógenos por parte de los militares en Ureña, Venezuela.