Morena y la cultura
La comunidad artística y cultural de México apoyó casi en pleno la candidatura presidencial de López Obrador y los candidatos de Morena. Escritores, académicos, pintores, actores, cantantes, músicos y todo tipo de figuras asociadas con el mundo creativo se pronunciaron abiertamente e incluso hicieron campaña en pro del llamado Movimiento de Regeneración Nacional. Igual que en el caso de la comunidad científica, golpeada por los recortes presupuestales y la imposición de medidas absurdas como los permisos presidenciales para salir a congresos en el extranjero, ya empiezan a observarse los primeros damnificados en el mundo cultural. La primera en manifestar su arrepentimiento fue la intérprete Susana Zavaleta. “Tristemente sí me equivoqué. Perdón por mi estúpida esperanza y por pensar en un México que todos queríamos; lo sé, es decepcionante”, escribió Zavaleta en su cuenta de Twitter.
No obstante, si bien ha sido la más explícita, Zavaleta no es la única arrepentida. Ya desde el principio, los miembros de los círculos artísticos se sintieron desconcertados ante el nombramiento de Sergio Mayer como presidente de la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados. Además, incidentes como la celebración del homenaje al líder espiritual de la Luz del Mundo en el Palacio de Bellas Artes abonaron al descrédito de una Secretaría de Cultura que debió haber sido una de las instituciones más brillantes del gabinete.
En el caso de gobiernos locales encabezados por Morena, también han ocurrido situaciones sorpresivas para la comunidad artística local. En Mazatlán, un presidente municipal postulado por Morena canceló la Feria del Libro y las Artes (Feliart), un evento con mucha tradición en el puerto del Pacífico y apreciado por la población. En Tijuana, según reporta el suplemento Confabulario del diario El Universal, el poeta Eduardo Hurtado ha denunciado “el desdén de la nueva directora del Centro Cultural Tijuana (de extracción morenista) por los proyectos que nacieron en administraciones anteriores”.
Por su parte, la célebre senadora Jesusa Rodríguez se dijo en desacuerdo con la existencia de las becas para creadores. Ya Julio Patán se refirió ayer en un artículo de Milenio a los avatares de la Biblioteca Vasconcelos y el prestigiado Daniel Goldin. Tal parece que la ilusión y la esperanza empezó a desdibujarse.
Lamentablemente el desencanto podría no encontrar cauce para manifestarse en la próxima elección intermedia de 2021. Si la comunidad intelectual no se pone las pilas para exigir la defensa de la autonomía de las autoridades electorales, la oposición partidista no tendrá ninguna oportunidad de participar en condiciones equitativas, transparentes y confiables. Ojalá que los círculos pensantes de este país se movilizaran para defender al INE y el presupuesto público para los partidos con la misma fuerza que lo hicieron en aras de impulsar a AMLO. De otra manera, el arrepentimiento no servirá de gran cosa.
•Internacionalista y analista político: @avila_raudel