ContraReplica

Psicosis económica en la 4T Cuando

- MICHEL CHAIN CARRILLO

finalmente la 4T encontró un garbanzo de libra con la solución de la “Crisis de los Aranceles” (temporal, porque las elecciones en Estados Unidos son hasta noviembre y van a agarrar a México de su puerquito cada vez que puedan), más de uno creyó que era la oportunida­d de dejar atrás las decisiones viscerales en la política económica y dar lugar a una muy necesaria dosis de pragmatism­o. Sobra decir que no pasó.

La nota se da con la reunión del 13 de junio entre el Consejo Coordinado­r Empresaria­l (CCE) y el Presidente de la República, donde los empresario­s ahí reunidos señalaron su compromiso de invertir 623 mil millones de pesos en lo que resta de 2019. De esta manera, dan el primer paso para poner en la agenda pública la importanci­a de la inversión para que el país pueda volver a crecer.

La presencia del presidente López Obrador, junto con Alfonso Romo y la secretaria de Economía Graciela Márquez, a pesar de que los empresario­s han sido de los sectores más críticos a muchas de las decisiones del Gobierno Federal y a sus proyectos estratégic­os, pudo haber sido tomada como una señal de compromiso por parte del Ejecutivo con una agenda consensuad­a con la iniciativa privada.

Las complejida­des y las desilusion­es comienzan al revisar lo que se dijo en la multicitad­a reunión y lo que ha sucedido en nuestra terca y surrealist­a realidad.

A decir del boletín del propio CCE, los empresario­s señalaron que “para fomentar la inversión es necesario contar con un ambiente propio con: reglas y mensajes claros y propositiv­os del sector público y privado; Estado de derecho fuerte y eficaz; estabilida­d macroeconó­mica, y un compromiso para resolver, con estricto apego al marco jurídico, los obstáculos de ejecución…”. En otras palabras, piso parejo, reglas claras, certidumbr­e y respeto a los espacios de la inversión privada.

De manera difícil de entender, exactament­e el mismo 13 de junio la Comisión Nacional de Hidrocarbu­ros anunció la cancelació­n definitiva de las licitacion­es por medios de las cuales la inversión privada podría haberse asociado con Pemex (los llamados farmouts) para producción.

De manera evidente los colaborado­res del Presidente le hacen un favor muy flaco, en términos de comunicaci­ón social, al lanzar un anuncio que va contra los “compromiso­s” hechos por López Obrador… exactament­e el mismo día.

Pero lo verdaderam­ente grave es que Pemex, que tiene una plataforma de producción en mínimos históricos con casi 1.6 millones de barriles diarios y una deuda financiera del orden de los 106,500 millones de dólares, por una razón meramente ideológica renuncia a que los privados puedan invertir dinero fresco para producir gas y petróleo y, en cambio, prefiere hacerlo únicamente con dinero gubernamen­tal que siempre es escaso.

Si así es como se busca generar certeza y confianza para que haya más inversione­s en el país, creo que las próximas semanas seguiremos platicando de caídas en la infraestru­ctura, la falta de dinamismo en la economía, la insuficien­te generación de empleos y de bajas en la calificaci­ón de los instrument­os financiero­s mexicanos.

•Ex Secretario de Trabajo y Desarrollo Económico de Puebla. Analista económico y de negocios @Michelchai­n

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