Fibromialgia: Viviendo con dolor
La fibromialgia es una enfermedad de curso crónico y origen desconocido no autoinmune que se asocia a dolor músculo-esquelético generalizado y afecta predominantemente a las mujeres jóvenes. Además del dolor crónico, la fibromialgia se asocia clásicamente a trastornos del sueño, síndrome de colon irritable, alteraciones del ánimo como ansiedad y depresión, dolor de cabeza intermitente, disfunción sexual y discapacidad física en grado variable. Esta enfermedad puede presentarse sola o coexistir con otras patologías reumáticas como lo son el lupus eritematoso generalizado, las espondiloartritis o artritis reumatoide.
Al día de hoy, no están claramente dilucidados los mecanismos que desencadenan la fibromialgia. Sin embargo, estudios de la última década informan que los pacientes con esta enfermedad experimentan un umbral de dolor más bajo que la población sana. Esto se traduce en que estímulos que no son dolorosos, puedan ser percibidos como tal por los pacientes que sufren de fibromialgia (como un apretón de manos o un abrazo, etcétera).
Para la reumatología y especialidades médicas afines, la fibromialgia es un diagnóstico clínico de exclusión. Esto significa que para diagnosticarla, primero se requiere haber descartado otras enfermedades que pueden tener síntomas similares a la fibromialgia. Para esto, usualmente es suficiente la solicitud de exámenes generales de sangre y según criterio médico, estudios de imagen o laboratorios especializados. Sin embargo, lo más relevante será siempre lo que el médico especialista encuentre al examen físico e interrogatorio dirigido.
La fibromialgia, como cualquier entidad reumática reconocida, precisa de un tratamiento integral en donde sobresalen las medidas no farmacológicas y la intervención de psicología y psiquiatría por encima del uso de medicinas convencionales. Se requiere en la totalidad de los casos, que los pacientes participen activamente del proceso de tratamiento y realicen un cambio del estilo de vida, fomentando especialmente el ejercicio regular de actividad física a tolerancia, la meditación y las prácticas de higiene del sueño. El uso de terapia farmacológica convencional será coadyuvante y se reservará a casos de fibromialgia complejos en conjunto con otras especialidades médicas. Afortunadamente, los pacientes que sufren esta patología, no suelen tener disminuida su expectativa de vida, pero si requieren del manejo integral por el equipo médico.
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