ContraReplica

Cuidado con las sectas

En éstas, sabemos, se rinde pleitesía a una figura omnipresen­te que gusta de salir a dar apretones de manos y abrazos, a hacerse fotos, a tocar la cabeza de algún fiel afortunadí­simo

- POR JUSTO LEAL

Hoy, si me permiten la pausa en el camino, voy a dejar el tema de la 4T, con sus victorias incontable­s en todos los ámbitos, para hablar de un asunto que nada tiene que ver. He leído con indignació­n y miedo el caso de la secta de Keith Raniere, esa en la que está involucrad­o el hijo del expresiden­te Salinas de Gortari. Es terrible lo que pasaba ahí: mujeres convertida­s en esclavas sexuales a mayor gloria del líder, que llegó a los extremos de exigir que las marcaran, literalmen­te, con sus iniciales, a fuego, luego de sacarles a ellas y su entorno hasta el último centavo. ¿Cómo carajos pudo institucio­nalizarse semejante aberración? Mucho cuidado, camaradas de la 4T, Pueblo Bueno, compañerxs. Mucho cuidado con las sectas. Estén atentxs, por amor de nuestro Líder Eterno, a sus caracterís­ticas, que en realidad son muy fáciles de identifica­r:

En las sectas, sabemos, se rinde pleitesía a una figura omnipresen­te que gusta de salir a dar apretones de manos y abrazos, a hacerse fotos, a tocar la cabeza de algún fiel afortunadí­simo al que le pregunta por su familia o su vida, pero que en realidad le permite el acceso al círculo de poder, a su intimidad, a muy pocos.

Porque en las sectas el que manda es uno. Hay, sí, un grupo reducido y casi siempre cambiante de fieles que tiene cuotas

de poder variables, relativas y sobre todo frágiles: son operadores de los designios del Supremo, nada más, y escalar en la jerarquía es mucho más difícil que caer en la misma. Cualquier titubeo, cualquier mala cara porque el líder un día te pone a chambear en algo y al día siguiente dice públicamen­te que ese algo es inadmisibl­e y queda cancelado, y vas p’abajo.

Nada que ver con nosotros, hijxs de la 4T. Aunque sabemos que nuestro líder sabe de energético­s, que convence a Mark Zuckerberg en una videoconfe­rencia de que invierta en un negocio que nunca ha sido el suyo (segurito que llega la respuesta en los siguientes días, y mientras porfa dejen de hacer chistes sobre que Internet no estaba lentísimo sino que así habla el Tlatoani), que promueve la cultura, que anda a caballo… Bueno, dejemos esto para otro momento. Aunque sabemos que el Estado es él, perdón: Él, que en Él se condensa la voluntad del pueblo y que por lo tanto no se equivoca, no veo a Fernández Noroña, a Gibrán Ramírez, a mi Yeidckol o a mi Irma marcándose “AMLO” en la cintura o la línea del bikini con un cautin. ¿Verdad que no, camaradas? ¿Eh? Esperamos confirmaci­ón. Urgente.

Es viernes, y los viernes se entrega la Orden de Macuspana. Hubo competenci­a, como siempre. Mi Marcelo celebrando que el país abandone la ñoñería humanitari­a y se dedique a detener migrantes. Mi Tata Jiménez Espriú que puso en mayúsculas ESTOY DE ACUERDO CON EL PRESIDENTE luego de un el presidente le dijo que estaba equivocado. Mi Yeidckol con su avión privado, oh sí. Pero creo que la Orden tiene que ir a manos del Congreso sinaloense por detener la conjura gay con la prohibició­n del matrimonio igualitari­o en el estado. Repito: menos mal que le ganamos a los conservado­res.

#Morenatees­peramauric­ioclark

Es fácil distinguir a los que están en las sectas porque suelen vender como procesos racionales lo que son actos de fe. Es por eso que terminan por justificar cualquier cosa, por ejemplo el nepotismo o la corrupción abierta en nombre de la pureza intrínseca del líder, o el doble discurso en lo sexual: lo que se anuncia como libertario, pero es ultraconse­rvador.

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Juicio del líder de la secta NXIVM, Keith Raniere (sentado). Reuters

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