Los celadores de Palacio
Cuentan en Palacio Nacional que la política migratoria tiene tan contento al Presidente Andrés Manuel López Obrador que dos personajes cercanos a él, Alejandro Esquer Verdugo y Jesús Ramírez Cuevas, la están implementado a fin de evitar que, quien no pase por sus filtros, no puedan acercarse al primer mandatario. Tanto el secretario particular del Presidente López Obrador, como su vocero y director de Comunicación Social se han tomado tan enserio el papel de “celadores” que se han puesto de acuerdo para no permitir que nadie, ni siquiera los integrantes del gabinete, puedan hablar con el jefe del Ejecutivo si ellos no les dan luz verde.
De Alejandro Esquer no causa sorpresa su actitud, desde siempre, desde que tenía el mismo puesto en el Gobierno del Distrito Federal y luego en las oficinas de la colonia Roma, donde López Obrador despachaba como candidato presidencial, era el principal obstáculo para que las visitas pudieran ver al tabasqueño.
Su petulancia y soberbia la carga también sobre sus hombros que las trasladó a Palacio Nacional, donde, dicen, se siente como el ama de llaves de un monarca: si no le dicen motivo, razón o circunstancia por las que quieren ver al presidente les niega el paso no sólo a la oficina presidencial, sino al piso donde se ubica el despacho.
Lo mismo sucede con Jesús Ramírez Cuevas, quien, en una racha de buena suerte, llegó sin ninguna experiencia a convertirse en el vocero del Presidente López Obrador, mostrando una total ineptitud sobre los temas a tratar durante las conferencias mañaneras y exhibiendo al mandatario federal como un gobernante inculto y poco preparado.
Ni que decir del trato que da Ramírez Cuevas a los reporteros que cubren la fuente presidencial: los maneja como si les estuviera haciendo el favor cuando es, al contrario, gracias a los medios de comunicación su jefe tiene público en las conferencias mañaneras; de no estar ellos, los reporteros, tendría que conformarse con llenar con youtuberos que, ya vimos, son los paleros que necesita para que López Obrador lo mantenga en el puesto.
Al parecer ambos funcionarios, Esquer Verdugo y Ramírez Cuevas, olvidan que al Presidente López Obrador le gusta convivir con la gente, mucho más, me imagino, con los funcionarios que le ayudan en conseguir su cuarta transformación.
¿Sabrá el jefe del Ejecutivo que su secretario particular y su vocero se han convertido en policías migratorios que no dejan pasar a nadie si no tienen la visa que los acredite como personas gratas para ellos?
Si no es así, entonces señor Presidente López Obrador ponga el remedio porque ambos personajes en lugar de ayudarlo le están creando problemas serios, antipatías y la creencia de que es usted quien no quiere ver a nadie en el piso donde despacha.