El día en que los besos fueron noticia
En el marco del 85 aniversario del Palacio de Bellas Artes se convocó a varios artistas a presentar proyectos que se hicieron alrededor del recinto y que no fueron parte de una iniciativa institucional. Entre ellos resalta el del pelirrojo Carlos Santos, artista contemporáneo y cineasta, originario de la Ciudad de México, quien en 2017 convocó a una colecta pública de ternura en la explanada del máximo espacio cultural de México para elaborar una obra colectiva de la cual, actualmente, queda un registro en video.
Besos públicos, título de la pieza, es una obra de arte relacional que registra la dimensión humana en la expresión de un beso.
Para realizarla, el artista invitó a voluntarios a revertir el ambiente de intolerancia, división, violencia, engaño y crisis que ha experimentado México en los últimos tiempos a través del acto universal y misterioso del beso que nos conecta con lo más profundo de nuestro ser y redimensiona a los otros. Y es que frente a nuestros propios ojos nos redescubríamos, gracias a esta obra, como seres semejantes que compartimos el anhelo de ser amados.
Carlos Santos es un artista muy completo. Versátil. Disrruptivo. Con la genialidad de identificar el interior mas profundo del corazón humano. Es el próximo Ai Weiwei y no hay que perderle la pista.
Así, a través de los besos, se recaudaron expresiones que aportaron sensibilidad y nos permitieron observar la expresión tangible de las emociones. La ternura, la pasión, el amor, la adrenalina y la curiosidad se mostraron en bellas imágenes de parejas que se fundieron en un beso frente a las cámaras del artista. Un joven con el rostro tatuado completamente. Una extranjera de cabellos azules. Un adulto mayor: Todos parecían ser el mismo cuando se rindieron en esta expresión tan orgánica como humana.
La obra fue un éxito. Filas y filas de personas permanecieron bajo el sol a la espera de poder pasar al centro un círculo de rieles, utilizados en el cine, donde el equipo técnico del artista manipulaba cámaras de altísima resolución que permitían el registro de las micro expresiones de un beso. Toda índole de enamorados y amorosos participaron. Parejas con más de 40 años juntos, parejas homosexuales, parejas de adolescentes, viejos conocidos y personas que se conocieron ese día se besaron en su propia escena de amor.
A la par, Santos ambientaba el espacio público con música mientras curiosos de toda índole se acercaban a ver los besos. No tardó en llegar la prensa para tomar fotografías, hablar con Carlos Santos e incluso participar en la “colecta de ternura”.
Padres e hijos. Mamás con bebés. Alguno pasó con su perro... todos acudieron al llamado de lo que el artista nombró “un regalo que socialmente le obsequiaban al entorno”. Así el objetivo de Carlos se cumplió: los espectadores conformaron esta obra de arte. El lienzo: la ciudad. El testigo fue el bellísimo edificio diseñado por Adamo Boari, que hoy es lo mismo velatorio, que museo: Bellas Artes.
La poderosa esencia visual de los besos y su fugacidad. Su pasión. Su emotividad. Su adrenalina fueron noticia al día siguiente. Los periódicos titulaban, incluso en primera plana, “Se besan en Bellas Artes”: ¿Es posible que una manifestación amorosa sea noticia en el mundo de hoy?, ¿Por qué significó un suceso en la gran Ciudad de México que aún se recuerda varios años más tarde?.
Hoy esta pieza de arte, es reconocida a nivel institucional y Carlos Santos irrumpió nuevamente en al interior del Palacio. Dialogó con las autoridades del recinto y compartió con otros artistas su experiencia.
Carlos Santos es un artista originario de la Ciudad de México, experimenta con el lenguaje audiovisual, nociones interactivas y sociales. Su mayor interés son los procesos que existen en las relaciones humanas en combinación con el arte. Ha trabajado temáticas como la pornografía, el encuentro, el apego y la inspiración.
Su próximo proyecto es una película de comedia en la que retrata a los personajes de la Ciudad de México, de la que está enamorado y que va a llamar Chilangolandia. En el cajón, tiene una serie de documentales a los que nombró Creador y que son un viaje a la mente de los artistas y sus procesos creativos. Se trata de él mismo descubriéndose.
Carlos Santos es un artista muy completo. Versátil. Disrruptivo. Con la genialidad de identificar el interior mas profundo del corazón humano. Es el próximo Ai Weiwei y no hay que perderle la pista.
Su contundente mensaje: trasciende hasta hoy. Nos parecemos más de lo que pensamos. Juntos somos capaces de hacer arte. Necesitamos de amor.
Nos demostró con Besos públicos que el arte es el vehículo para la transformación y que el espacio público es el escenario de nuestras vidas.