De uniones y desuniones
Las familias que son unidas, que tienen mayor organización y comunicación son las que pasarán mejor este trance de incertidumbre y encierro que va dejando a su paso por todo el mundo la pandemia del coronavirus. En esas familias los padres serán ejemplo de entereza y consuelo ante los cambios que esta situación dejará en nuestra sociedad; un antes y un después sin duda, porque servirá para analizar la propia existencia, su fragilidad, el estilo de vida, nuestra salud y libertad.
Esto que menciono es para llegar al tema político que está en la misma situación que las familias disgregadas, lo que no abona a pasar de la mejor manera, la crisis de salud y económica que vino a ahondar la polarización que ha restado presente desde hace un año y medio, con las campañas para el cambio de Gobierno federal.
Por principio de cuentas a este desencuentro de opiniones aporta y mucho, la negativa del presidente Andrés Manuel López Obrador para no dejar de realizar sus giras, y con ello contribuir al contacto humano, es una situación poco comprensible, y que ha generado bastantes críticas.
Los partidos políticos de oposición llevan varios días pidiendo que el gobierno apoye a micro y medianas empresarios e industriales, que aporte con no cobrar el suministro eléctrico y reduzca el cobro de la gasolina.
Se solicita nada más ni nada menos que lo que han hecho otros países por su sociedad que está en la espera de que pase la pandemia.
Sin embargo, se han requerido de varios días para que las medidas vayan fluyendo, como el que los bancos dejen de cobrar los pagos requeridos hasta por cuatro meses, así como el pago de arrendamientos, hipotecas y mensualidades de tarjetas de crédito y pago de vehículos.
Entre estas desavenencias, los propios integrantes de Morena también han mostrado diferencias entre la forma de enfrentar la contingencia, y algunos, como el actor y actual diputado Sergio Meyer, ha pedido a López Obrador que se cuide y ya no salga de gira.
Otros como el diputado Gerardo Fernández Noroña han cuestionado a la población el ser creyentes y temerle a la muerte, porque entonces podrían reunirse con sus divinidades.
Uno más ha sido el decano de nos legisladores morenistas, Porfirio Muñoz Ledo, quien dejó de asistir a las dos últimas sesiones, y recriminó a su partido el exponerlos al seguir sesionando.
Otros más, nos cuentan, no han querido reconocer su molestia por varias decisiones, pues esto contravendría las decisiones del Ejecutivo Federal.
En este escenario en que no hay acuerdos, y el virus sigue expandiéndose, es éste quién al parecer llevará a los gobernantes a tener que tomar las decisiones cuando al parecer ya no quede de otra.
•Periodista Exservidora pública con conocimientos en Ciudad, temas de Seguridad, Electoral, Transparencia, Protección de Datos Personales y Derechos Humanos