“Caminábamos entre muertos en 1985”, un relato de Manuel Ponce
EL PERIODISTA RECORDÓ el deceso de algunos diputados por el desplome de sus hoteles
Luego de los terremotos del 19 y 20 de septiembre de 1985, el recinto de San Lázaro en la Cámara de Diputados se convirtió en verdadera sede del Poder Legislativo en medio de la emergencia, pese a no haberse concluido por completo la obra y sus servicios y teniendo que dejar atrás al recinto de Donceles, rodeada de muerte y derrumbes.
Manuel Ponce, entonces reportero del periódico El Universal tenía encomendada esa fuente, quien recuerda que algunos diputados fallecieron en el desplome de hoteles ubicados en avenida Juárez y calles contiguas.
“Caminábamos prácticamente entre muertos”, recuerda de ese episodio dramático en su quehacer periodístico, donde eran colocados los cuerpos rescatados.
Los gritos de auxilio de jóvenes atrapados por el derrumbe de un Conalep, ubicado frente a su editorial, en la calle de Iturbide, fueron apagándose al paso de horas y días, pues “el gobierno fue rebasado completamente”.
Los diputados federales decidieron entonces usar completamente la construcción de su nuevo reciento en San Lázaro, pese a no contar con todas las oficinas acondicionadas, “sino unas mesas y sillas de lámina”, conseguidas con urgencia, recuerda Manuel Ponce.
El único lugar que contaba entonces con teléfonos y faxes era la sala de prensa de la Cámara de Diputados, donde algunos legisladores decidieron despechar.
“Uno de ellos fue el mismo Luis Donaldo Colosio, quien, con su equipo de trabajo, llegaba muy temprano y se iban muy tarde. Ahí, pudimos convivir, conocernos e iniciar una amistad”.
Manuel Ponce además publicó en ese entonces de cómo uno de los diputados logró salir con vida del desplome del Hotel Regis, donde se había hospedado. Esa crónica fue retomada por Elena Poniatowska, en su libro “Nada, nadie”: Las voces del temblor.
El recinto de San Lázaro debía suplir al de Donceles, tras la reforma que daba representación a las minorías, aunque sus candidatos no hubieran ganado una elección, con lo que nacieron los diputados plurinominales que no tenían cabida en la antigua sede. No obstante, aún varias actividades se realizaban en ella, y tanto era así, que los legisladores seguían acostumbrando hospedarse en sus inmediaciones.
“Los sismos de ese fatídico mes de septiembre de 1985, significaron la muerte de los resabios de México y del surgimiento de la solidaridad entre mexicanos y organizaciones ciudadanas, que luego fueron manipuladas para volverse organizaciones políticas”.