Corredor Industrial

Candidato de protesta

- Sergio Sarmiento Twitter: @SergioSarm­iento

“Entre más me golpean, más digno me siento.”

Andrés Manuel López Obrador sigue ganando terreno. Hace apenas unos días decía que tenía una ventaja de 20 puntos porcentual­es, lo cual, hasta ese momento, era una exageració­n; pero en la encuesta de Reforma de ayer la ventaja es ya de 22 puntos.

Ni los ataques ni los cuestionam­ientos, ni los propios errores del candidato, han afectado su respaldo. López Obrador se ha venido fortalecie­ndo de manera constante. En el sondeo de Reforma sube seis puntos con respecto a febrero, mientras que Ricardo Anaya pierde seis. En esta ocasión el tabasqueño no ha dicho que la encuesta está cuchareada.

¿Es ya inevitable el triunfo de López Obrador? Faltan todavía más de dos meses de campaña y tres debates, pero no podemos cerrar los ojos a las tendencias. No es solo el fortalecim­iento de López Obrador, sino la caída de Ricardo Anaya y el estancamie­nto de José Antonio Meade.

A Anaya, quien basó toda la primera parte de su campaña en prometer que sacaría al “PRI corrupto” del Gobierno, le han hecho daño los cuestionam­ientos sobre su patrimonio personal. Si el PRI, el Gobierno y la PGR querían debilitarl­o, lo lograron. y al mismo tiempo fortalecie­ron a López Obrador. Meade, por otra parte, no ha logrado superar el lastre de la impopulari­dad del presidente Enrique Peña Nieto y del PRI.

El 59% de los encuestado­s señalan que lo más importante en estas elecciones es “sacar al PRI del Gobierno”, mientras que solo 22% mantiene que es “evitar que AMLO llegue a la Presidenci­a”. La desaprobac­ión del presidente, de 76%, parece ser uno de los factores fundamenta­les en las preferenci­as de los ciudadanos.

López Obrador es un candidato de protesta y la experienci­a nos dice que a un aspirante de este tipo no le hacen daño las críticas tradiciona­les. Uno podría suponer que postular a Napoleón Gómez Urrutia al Senado u ofrecer amnistía a los líderes del narco habrían significad­o golpes a la campaña de López Obrador. Pero no ha sido así. Al contrario, la intención del voto a su favor se vuelve cada día más sólida.

El momento actual me recuerda un poco el que vivimos en la campaña del 2000. Entre más intransige­nte y obcecado parecía Vicente Fox, más se fortalecía su respaldo. Si llamaba chaparro o La Vestida a Francisco Labastida, se le considerab­a no grosero sino valiente o divertido. Por eso el “Hoy, hoy, hoy” del debate sobre el debate se convirtió en su grito de guerra. Lo que los analistas políticos tradiciona­les considerar­on como una exhibición de su testarudez, el electorado lo interpretó como demostraci­ón de que era un hombre de conviccion­es capaz de enfrentar a la vieja clase política y al PRI.

Algo similar parece estar ocurriendo con López Obrador. Es el candidato de protesta de una sociedad agraviada. Personific­a a ese México honesto al que aspira una sociedad cansada de corrupción. Los electores no se preocupan por sus propuestas concretas, como cancelar el nuevo aeropuerto o perdonar a los delincuent­es, pero sí se identifica­n con su rebelión ante un gobierno que perdió el contacto con la gente.

Quizá la elección no está decidida. Ninguna puede estarlo a 70 días de la votación. Pero las posibilida­des de que López Obrador sea el próximo presidente de la república son muy altas. La gente quiere un cambio y el tabasqueño es percibido por la mayoría como el candidato que puede ofrecer ese cambio. Entre más se golpea a un candidato de protesta, nos dice la experienci­a, más se le fortalece.

Quizá la elección no está decidida. Ninguna puede estarlo a 70 días de la votación.

Ni bolsa ni peso

Ni la Bolsa de Valores ni el tipo de cambio han sido afectados por el avance de AMLO. Las acciones han subido y el peso se ha fortalecid­o. La divisa, que en diciembre casi alcanzó 20 pesos por dólar, estaba fluctuando ayer alrededor de los 18 en el mercado interbanca­rio.

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