Promete fidelidad al legado de Castro
» Miguel Díaz-Canel reivindica la dinastía al ser nombrado presidente de Cuba, donde tendrá el principal objetivo de sacar al país de la crisis económica
Miguel Díaz-Canel es el nuevo presidente de Cuba. Preparado desde hace una década por Raúl Castro para darle el relevo, el sucesor, de 57 años, dio su primer discurso como jefe de Estado en la Asamblea Nacional recalcando su propósito de “dar continuidad” al régimen socialista de partido único, subrayando que no habrá “espacio para una transición” política –o “restauración del capitalismo”– y advirtiendo de que el general Castro, de 86 años, sigue “al frente” de la dirección del país.
Raúl Castro seguirá siendo primer secretario del Partido Comunista de Cuba hasta 2021 y la Constitución establece que el partido es “la fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado”. Castro se retira a un segundo plano desde el que tutelará al nuevo gobierno, como afirmó Díaz Canel. “Encabezará las decisiones de mayor trascendencia para el presente y futuro de la nación”.
El nuevo mandatario calificó de “obra colosal” el periodo de Castro como presidente y abundó en su glosa a su mentor con la más clásica retórica militante: “Con firmeza, sin apego a los cargos, con serenidad, madurez, confianza y firmeza revolucionaria, se mantiene por legitimidad y mérito propio al frente de la vanguardia política (…), como el referente que es para la causa revolucionaria, enseñando y siempre presto a enfrentar al imperialismo, como el primero, con su fusil a la hora del combate”. En segundo término, también rindió tributo a la figura de Fidel Castro, fallecido en 2016: “Seremos fieles al legado del líder histórico de la revolución”, dijo.
Raúl Castro cerró la histó-
❭❭ No vengo a prometer nada, como jamás lo hizo la revolución en todos estos años. Vengo a cumplir el programa que nos hemos impuestos, con los lineamientos del Socialismo y la Revolución. ❰❰ Miguel Díaz-Canel, presidente de Cuba
rica sesión parlamentaria en La Habana con un discurso en el que se mostró satisfecho con poner la presidencia en las manos de Díaz-Canel, con quien intercambió muestras de afecto. El general afirmó que confía en el “éxito absoluto” de su sucesor, destacó sus “virtudes, experiencia y dedicación al trabajo” e incidió en que “no es un improvisado” y en que “su ascenso no ha sido fruto del azar ni del apresuramiento”.
El anuncio de Castro de que Díaz-Canel también asumirá en 2021, o antes si el general no puede completar su mandato, la jefatura del partido fue el elemento más relevante de su discurso. Significa que el poder político y el poder del Estado se aglutinarán en una sola figura, como ocurrió con Fidel y Raúl.
El gran desafío para el nuevo presidente será sacar a Cuba de su eterna crisis económica, y, en vista de que la vía estadounidense sigue bloqueada y Venezuela se derrumba, el reto será encontrar nuevos socios económicos. China se proyecta como su mejor recurso comercial y financiero y Rusia en lo energético.
Raúl Castro también resaltó en su discurso que Díaz-Canel solo podrá ocupar la jefatura de Estado dos mandatos de cinco años. El nuevo presidente, único candidato a la presidencia y votado por 603 de los 604 parlamentarios, asumió las “expectativas” del relevo, con el pueblo cubano impaciente por tener bienestar.