Señalan exagerados miedos sobre el ‘Peje’
Las preocupaciones de los inversionistas sobre los efectos negativos que podría traer un Gobierno encabezado por Andrés Manuel López Obrador resultan exageradas, señalaron expertos.
De acuerdo con analistas de BMI Research, compañía de análisis económico que pertenece al grupo Fitch, de llegar a la Presidencia, el actual candidato de la coalición Juntos Haremos Historia suavizaría algunas de sus propuestas más extremas, lo que representaría menores riesgos a la economía del País.
“AMLO debe saber que poner obstáculos a los tratados comerciales y regresar el control del sector energético al Gobierno federal podría obstruir la actividad económica”, dijo Jesse Wheeler, analista de BMI Research, en conferencia realizada vía remota.
De acuerdo con las perspectivas de la firma, AMLO mostrará una actitud mucho más pragmática al frente de la Presidencia que la que mostró como Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, lo que traería como consecuencia que el déficit fiscal no enfrente un aumento abrupto.
Según las proyecciones, debido al incremento en el gasto que representaría la implementación de algunas propuestas del candidato, el déficit fiscal crecerá de manera gradual a partir de 2019, para ubicarse cercano a 1.5% del PIB al final de 2022.
De acuerdo con datos de la Secretaria de Hacienda, al cierre de 2017, las finanzas públicas registraron un déficit presupuestario de 1.1% del PIB, mientras que en 2016 se ubicó en 2.5 puntos.
El comportamiento moderado del déficit fiscal durante los primeros años del siguiente sexenio, podría dar señales de confianza a las inversiones y mejorar la situación sobre las inversiones hacia el País, comentó Wheeler.
Además, los analistas consideran que el mayor gasto social y en infraestructura podría detonar el consumo, lo que impulsaría a su vez el crecimiento económico, el cual también se vería favorecido por las inversiones que traiga la reforma energética en los siguientes años.
Los mayores riesgos, señaló Wheeler, se encuentran en las propuestas más extremas del candidato, como el incremento a las pensiones y la reversión de la reforma energética, que aunque se consideran como estrategias electorales, no dejan de representar una amenaza.