En recuerdo
De acuerdo a investigaciones hechas por Santiago Posteguillo, escritor español, Miguel de Cervantes Saavedra estuvo preso en una cárcel sevillana del año de 1597 al de 1602; y en ese lúgubre lugar fue en donde se generó, para asombro del mundo, El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha. A más de cuatro siglos, Posteguillo, dice, ahora, haber contado 20 placas laudatorias para Cervantes, sólo en Sevilla; habla del instituido premio Cervantes de las letras y de un instituto de promoción del español. Y luego
anota: “Sí, ahora sí, pero aquel 1597 lo metimos en la cárcel”. La ciudad de Guanajuato, a través de una ardua y admirable labor, ha logrado constituirse en un centro de difusión cultural global con la celebración emotiva del Festival Internacional Cervantino que, allá por los meses de octubre de cada año, se celebra con bombo y platillo. Si bien el festival nació por la década de los años 70`s, Guanajuato, ya antes, llevaba su teatro universitario a colmar plazas callejeras con hermosas representaciones de obras españolas dirigidas por Enrique Ruelas Espinosa y apreNi tujaba a enamorados por el estrecho Callejón del Beso entre notas y serenatas de una estudiantina integrada por alumnos de su máxima casa de estudios. De modo es que para la colonial ciudad, desde antaño, no era extraño encontrarse personas ataviadas con prendas peninsulares del siglo XVI en la oscuridad del Callejón de la Constancia o la Plaza de San Cayetano. Vaya, la magia de la ciudad logró hacer que los que habitan o visitan la ciudad busquen por las callejuelas historias, por demás, encantadoras
Sin embargo, la expansión del entusiasmo cervantino hacia ciudades vecinas, no corren la misma suerte de la capital del estado. El pasado sábado 27 de abril se programó en Irapuato un “Paseo Mágico Literario” para escuchar diálogos de Don Quijote de La Mancha y Dulcinea del Toboso. Para empezar, los muy bien caracterizados Don Quijote y Dulcinea, hicieron, con su mejor disposición, un recorrido del Ágora del Hospitalito a la Plazuela Hidalgo anunciando el evento y buscando público. En el andar, El Quijote, de repente, invito a una parejita de acaramelados novios, diciéndoles: “si no tienen algo mejor que hacer, pueden venir a escucharnos”. Los diálogos del paseo ocuparon cuatro estaciones y se llevaron al contrario de la ruta de promoción, es decir de la Plazuela Hidalgo al Ágora del Hospitalito. Haciendo a un lado que el ruido del ambiente era infernal, que los actores no contaban con el favor del sonido inalámbrico, que a una pregunta filosófica planteada por Don Quijote frente al público de ¿quién soy yo?, un borrachito que pasaba contestó ¡eres un pend…!, el evento tuvo que buscar a sus oyentes para, finalmente, agradar.