Derivas de la caravana migrante; ¿cuáles son las cosas que pasaron de largo?
Cerca del mes de octubre del año pasado, muchas opiniones se vieron volcadas hacia los hermanos centroamericanos, que cruzaron la frontera sur de nuestro País en busca del sueño americano, pero… Nadie se planteó la utopía de, ¿Qué hubiese pasado si permanecían en su natal Guatemala? Cabe aclarar que, en este artículo, se resume a una opinión, y solo
busca despertar la empatía y buena voluntad hacia los hermanos de Suramérica. Ahora bien, es sabido por todos que el gobierno del vecino país del norte apoya económicamente a varios países del mundo, la interrogante ahora es: si existe ya un apoyo, ¿Por qué no canalizarlo en programas de microempresas, emprendedurismo, o incluso inversiones en seguridad? - Analicemos el trasfondo de este planteamiento:
Visualizando las dos caras de la moneda, U.S.A. ofrece la oportunidad de empleos bien remunerados a los inmigrantes, sin embargo, del otro lado, tal oportunidad viene acompañada de discriminación, vivir escondido (en muchas de las ocasiones) pues el temor a la patrulla fronteriza es tan grande que, obliga a los inmigrantes a vivir en el trabajo e ir solo a dormir a sus hogares, sin disfrutar a planitud la oportunidad de una “buena vida” que tanto se rumora. Cabe mencionar que no siempre es así, y existen otros tantos inmigrantes que logran trascender y gozar de una plácida vida, pero no olvidemos el objetivo de este escrito. Si en lugar de ir otro país a pasar desavenencias, para al final regresar al lugar natal, por que como dice la canción “uno vuelve siempre a los viejos sitios donde amó la vida” todo ese esfuerzo se viese canalizado en mejoras a su propio país, pues con los apoyos antes mencionados, se podría reforzar la seguridad, empleos para los locales que fueran bien remunerados, y para otros tantos, la oportunidad de emprender, de forjar un patrimonio. Recordemos que la riqueza económica, esta al alcance de todo aquel que se esmera en ella. Solo es cuestión de “re - focalizar” el esfuerzo, y no, no se mal interprete, no se pretende arreglar la vida del vecino con solo una opinión. Mejor entendamos que, las personas que ya emprendieron este viaje, y que, a la fecha suma cerca de 5 meses, han pasado por “odiseas” que no nos imaginamos, sería mejor apoyarlos, si podemos regalar una moneda con una sonrisa en el rostro, palabras de aliento, alimentos, prendas y por qué no… Un consejo.
Cierto es que muchos paisanos mexicanos nos sentimos ofendidos por el desorden que dejó a su paso la caravana, pero a veces, es bueno entender, que no toda la gente piensa como nosotros, a veces, y solo a veces, es bueno darse un respiro, y pensar que quizá, la costumbre de recoger lo que dejamos, es un buen valor que no toda la gente gozó del privilegio de recibir. Mejor seamos agradecidos, y no tengamos las actitudes que nos pudieran molestar del prójimo, porque, si no se es parte de la solución, no debemos ser parte del problema. En resumen, lo que pasó de largo y que no se contempló, fue pensar que, ¡Cada cabeza es un mundo!