Personajes de la Revolución Mexicana
La Revolución Mexicana inició como una lucha contra el régimen de Porfirio Díaz y se convirtió en una guerra civil que respondió a los intereses de quienes se ‘peloteaban’ el poder, pero también de quienes anhelaban la libertad y la democracia a partir de la justicia y la educación del pueblo.
Con el tiempo, la Revolución llegaría a ser reconocida en nuestro país y en el extranjero como el acontecimiento político y social del siglo XX más importante de ese lapso de nuestra historia. Un acontecimiento en el que destacaron campesinos, militares, sacerdotes y profesionistas, cuya actuación dignificó los diferentes
capítulos de ese movimiento nacionalista.
Dentro de los personajes más representativos de ese acontecer glorificador de la Nación Mexicana, se encuentran: Porfirio Díaz, nació en 1830, en la ciudad de Oaxaca. Se inscribió en la carrera de las armas y destacó de manera notable durante la Segunda Intervención Francesa en México. Combatió en la Batalla de Puebla y sobresalió en las acciones militares que llevó a cabo en el estado de Oaxaca, donde organizó guerrillas contra los combatientes franceses. El 2 de abril de 1867, tomó Puebla, y el 15 de junio, recuperó para las tropas republicanas la Ciudad de México. Fue Presidente de la Nación en 1876; de 1877 a 1880; y de 1884 a 1911. Tras su larga permanencia en el poder (31 años) logró progresos importantes para el país, como la construcción de una ambiciosa red ferroviaria que conectó a varios puntos de la geografía mexicana muy apartados entre sí. También contribuyó al crecimiento de importantes sectores económicos e industriales. Fue derrocado por un movimiento iniciado por Madero, que en 1909 proclamaba la ‘no reelección’. Murió en París en 1915.
Francisco I. Madero, El Apóstol de la Democracia, nació en Parras, Coahuila, el 30 de octubre de 1873, en el seno de una familia acomodada, dueña de haciendas, minas y negocios. Estudió en el colegio jesuita de San Juan Nepomuceno, en Saltillo, e hizo estudios de agricultura en Maryland y en la prestigiosa Universidad de California, en Berkeley. En 1904 fundó el Partido Democrático Independiente que se oponía a la reelección del Gobernador de Coahuila, Miguel Cárdenas, y en 1909 creó el Partido Nacional Antireeleccionista, cuyo movimiento cobró tanta fuerza y entusiasmo que el entonces presidente Porfirio Díaz se vio obligado a encarcelarlo. Desde la prisión, Madero proclamó el Plan de San Luis, que es considerado como el evento que dio inicio a la Revolución de 1910. Fue Presidente de la Nación desde el 6 de noviembre de 1911 hasta febrero de 1913 cuando un golpe militar, liderado por el general Victoriano Huerta, lo traicionó, lo derrocó y terminó con su vida y la del vicepresidente Pino Suárez.
Emiliano Zapata, El Caudillo del Sur, nació en Anenecuilco, Morelos, en 1883, como parte de una familia campesina de origen muy humilde. Zapata tuvo al menos cinco hijos con por lo menos tres mujeres, de los cuales dos murieron por infecciones ponzoñosas: uno de ellos luego de ser mordido por una víbora de cascabel y el otro a consecuencia de una picadura de alacrán. En su infancia fue testigo del despojo de tierras agrícolas a los campesinos en Morelos. Al escuchar a su padre decir que nada podía hacerse para que los terratenientes devolvieran las tierras, Emiliano hizo este comentario: “¿Cómo que no se puede? Pues cuando yo sea grande, haré que se pueda”. Zapata fue sin duda el símbolo máximo de la Revolución Mexicana. Sus ideales de ‘Tierra y libertad’ lo llevaron a proclamar, en 1911, el Plan de Ayala, que exigía a los dueños de las haciendas la devolución de las tierras a la clase campesina. Fue traicionado por el coronel Jesús Guajardo y asesinado cerca de Cuautla, Morelos, en 1919.
Francisco Villa, El Centauro del Norte, Doroteo Arango (su nombre real), nació en la población de San Juan del Río, Durango, el 5 de junio de 1878. Es uno de los mexicanos más famosos en el mundo. Su fama de militar aguerrido lo llevó incursionar en Columbus, un pequeño poblado de Estados Unidos. Comandante de la División del Norte, fue caudillo del estado norteño de Chihuahua, el cual, dado su tamaño, riqueza mineral y proximidad a Estados Unidos, le proporcionó cuantiosos recursos. Villa fue gobernador provisional de Chihuahua en 1913 y 1914. Murió asesinado cerca del poblado de Hidalgo del Parral, Chihuahua, el 29 de julio de 1923. Aunque no se le aceptó en el panteón de los héroes nacionales hasta veinte años después de su muerte, su memoria se honra hoy por mexicanos, estadounidenses y personas de todo el mundo. Numerosas calles y barrios en México y otros países han sido nombrados en su honor.
Venustiano Carranza, El Barón de Cuatro Ciénegas, nació en Cuatro Ciénegas, el 29 de diciembre de 1859, cuando ese municipio todavía pertenecía a Nuevo León, no a Coahuila. Venustiano fue miembro de una prestigiada familia de la región. Su padre el coronel Jesús Carranza Neira, fue un militar de la causa republicana que en varias ocasiones fungió como Presidente Municipal de Cuatro Ciénegas, y jefe político de Monclova. Al fallecer el coronel, fue sustituido por su hijo Venustiano en la Presidencia Municipal, quien destacó como político, militar y empresario. Venustiano participó en la segunda etapa de la Revolución como Primer Jefe del Ejército Constitucionalista, tras el asesinato de Francisco I. Madero. Después de derrotar a Huerta, fue Presidente de 1917 a 1920. A él le debemos la convocatoria al Congreso que el 5 de febrero de 1917 promulgó la Constitución que actualmente rige a nuestro país. Murió asesinado en Tlaxcalantongo, Puebla, el 21 de mayo de 1920. “Dicen que la historia se repite, lo cierto es que sus lecciones no se aprovechan”, Camille Sée.