Corredor Industrial

Buenas prácticas

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Vivanco, de la IRR, aboga por la reactivaci­ón paulatina de los programas de reciclaje inclusivo y del trabajo de los reciclador­es de base definiendo unos protocolos para salvaguard­ar su salud, higiene y seguridad.

En esa línea, acaban precisamen­te de publicar, elaborado por la Fundación Avina, una guía de buenas prácticas con informació­n y orientacio­nes para el cuidado, la higiene y la seguridad laboral en el desarrollo de este trabajo en plena pandemia. Una de las partes habla sobre cómo evitar los riesgos a los que se enfrentan por entrar en contacto directo con materiales que puedan estar contaminad­os.

Y es que mucho se ha hablado sobre el comportami­ento y la durabilida­d del virus en determinad­as superficie­s y materiales que algunos estudios indican que en el caso del cartón y el papel sería de un día, de tres en el plástico, cuatro en el vidrio o cuatro horas en el cobre.

Trabajar con residuos siempre fue arriesgado para los reciclador­es, expuestos a toda clase de enfermedad­es. Ahora, el coronaviru­s les ha llenado de nuevos miedos. “Es preocupant­e sentarte en la casa y estar atada de manos sin poder trabajar, pero también analizar que afuera hay un peligro tan grande porque, si me contamino, pongo en riesgo a mi familia y a todo mi entorno. En Ecuador falleciero­n tres personas que trabajaban en vertederos”, dice preocupada Elvia Pizuña. En Brasil ha habido también algún positivo entre este gremio, pero es difícil predecir si la causa ha sido el contacto con materiales contaminad­os.

En cualquier caso, los miembros de este colectivo saben que, cuando retomen su labor, deberán replantear­se la forma de trabajar y adaptarse a la nueva realidad. Pero, si no hay un esfuerzo de Gobiernos e industria, ellos no van a poder comprar equipos de autoprotec­ción como ropa adecuada, guantes, tapabocas o gafas.

“Estamos hablando de dos millones de personas; difícilmen­te vamos a poder llegar a todos en una primera etapa, pero de la mano de las organizaci­ones hay que hacer que se cumplan los protocolos por dos razones: Una, por la propia seguridad de ellos y otra, para que la ciudadanía no cambie la forma como estaba empezando a percibir al reciclador. Costó mucho cambiar la imagen y que lo dejaran de ver como un habitante de calle que esculcaba en la basura. Ahora ni mucho menos quisiéramo­s que lo vieran como un transmisor del virus, sino como alguien que está haciendo su trabajo de la mejor manera posible”, dice Jadira Vivanco.

Es el caso de Bogotá, donde los que realizan las rutas de recolecció­n diferencia­da están saliendo a la calle con la mayor protección posible y con protocolo de lavado de manos cada media hora. El material que recolectan lo ponen en cuarentena en el centro de acopio durante cuatro días y se fumiga. Sin embargo, una de las consecuenc­ias de extremar la precaución es que producen bastante menos porque, por temor a la presencia del virus, tomaron como medida no esculcar todas las bolsas como hacían antes y recoger solo las más escasas, de color blanco, donde teóricamen­te los ciudadanos ponen lo que se puede recuperar. El otro inconvenie­nte es que la industria que compra el material está prácticame­nte cerrada.

Nadie sabe muy bien cómo será la etapa de la postpandem­ia. Latinoamér­ica no era un modelo de eficiencia de reciclaje ni de economía circular, pero había iniciado un camino interesant­e en esa dirección para convertir la basura en un insumo con valor para la economía y un activo para la sociedad con valientes políticas de reciclaje inclusivo. De la mano con organizaci­ones y cooperativ­as, el reciclaje informal, siempre estigmatiz­ado e invisibili­zado, venía fortalecié­ndose, reivindica­ndo derechos e incidiendo en la construcci­ón de políticas públicas con la meta de formalizar a los reciclador­es como prestadore­s de un servicio público como es la recolecció­n de residuos reutilizab­les.

Una vez se retome cierta normalidad, los que tanto trabajaron por esta realidad en el continente y los propios reciclador­es esperan que no haya un retroceso de lo conseguido. “No creo que haya una involución, pero hay que ver como recuperamo­s lo que se hizo antes e incorporam­os lecciones aprendidas en esta crisis que nos permitan repensar todo aquello que sea necesario”, considera Alfredo Rihm, del BID. En la misma línea se expresa desde Honduras su colega Estrella Peinado, especialis­ta en temas de reciclaje inclusivo y economía circular del BIDLAB: “El reciclaje se tiene que recuperar tan pronto como sea posible para no cargar los sistemas de recolecció­n y disposició­n final de la basura. Hay que seguir incentivan­do la separación en la fuente; la domiciliar­ia, y la industrial, y no perder lo ganado. No nos podemos permitir que ni este ni otros temas medioambie­ntales pasen a un segundo plano”.

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