Pide no dejar solos a abuelitos en casa
La geriatra Gabriela Ramírez Izquierdo hace un llamado para evitar que los adultos mayores caigan en depresión debido a la pandemia
Durante esta pandemia, quienes más se han visto afectados son los adultos mayores, pues en el afán de sus familias de protegerlos de contagio de coronavirus, procuran no visitarlos, aumentando en ellos la depresión por soledad.
Gabriela Ramírez Izquierdo, médico internista y geriatra egresada de la Universidad de Guanajuato, comentó que los adultos mayores forman parte de los grupos vulnerables, y además de ser discriminados, ahora son los más propensos a contraer enfermedades como el coronavirus.
“Las personas vulnerables, entre ellas los adultos mayores, deben seguir extremando precauciones, por lo que no se puede bajar la guardia. Tenemos que seguir evitando las grandes reuniones familiares, aguantar un poco más y reservarnos con las visitas largas”.
Añadió que si es necesario visitar a los abuelos, se tendrán que seguir las medidas de prevención ya conocidas como el uso de cubrebocas, lavado de manos y la sana distancia.
“Tenemos que mantener la sana distancia, evitar abrazar y besar, suplir eso con el saludo de codito o la mano en el corazón, que nuestro adulto mayor vea en nuestros ojos la expresión de alegría que nos causa verlos, decirles con palabras cuánto los extrañamos, un ¡te quiero mucho!, ¡cuidate! ¡estoy aquí para lo que necesites! pero manteniendo la sana distancia”.
Cuando se visite a un adulto mayor, tanto él como el visitante deben utilizar de manera rigurosa el cubrebocas, cuando el visitante ingrese al domicilio, lo primero que deberá hacer será lavarse las manos, antes de sentarse a conversar o a convivir, tener a la mano alcohol en gel para que ambos lo usen constantemente y que las visitas sean breves pero enriquecedoras.
“La visita a un familiar adulto mayor tiene que cumplir objetivos importantes: Preguntarle qué necesita; corroborar que tenga abasto de medicamentos en caso de que los utilice y vigilar que los esté tomando de manera correcta; checar que estén controladas sus enfermedades crónicas, si es diabético o hipertenso checar su glucosa y su presión arterial; vigilar que esté comiendo de manera correcta, ya que al no recibir visitas comen solos y disminuyen la ingesta por lo que se están malnutriendo, revisar que tengan el suficiente abasto de alimentos y lo más importante vigilar su estado de ánimo”.
La especialista destacó que en estos seis meses de cuarentena, en su consulta particular, ha visto que el porcentaje de depresión y ansiedad se ha disparado de manera alarmante en los adultos mayores.
“Todos se quejan de lo mismo, dicen ‘esta cuarentena me está matando porque estoy solo o sola, extraño a mis nietos y a mi familia”.
Señaló que el distanciamiento social es un daño colateral hacia los adultos mayores que se tiene que seguir manteniendo, sin embargo, cuando los visiten es importante indagar cómo están en la parte emocional.
“Si está deprimido se debe consultar con el médico de confianza o con su geriatra para ver qué se hace al respecto. La depresión está con todo y se puede manifestar de distintas maneras, el adulto mayor puede empezar con problemas del sueño, disminución del apetito, pérdida de peso, andar distraído, con problemas de memoria e incluso disminuir su actividad física, lo que disminuye su fuerza con mayor riesgo de caídas y fracturas”.
›› Hoy en día, lo que estamos viendo, es que además de prevenir coronavirus debemos prevenir la soledad y depresión que también está matando a nuestros adultos mayores‹‹
Gabriela Ramírez Izquierdo
Retomar las aficiones
La doctora Gabriela propone algunas estrategias para que los adultos mayores se mantengan de mejor manera durante el confinamiento y que continúen con actividad física.
“Preguntar a un fisioterapeuta qué actividades pueden hacer en casa y que les ponga una rutina de movimientos; si el adulto mayor tiene acceso a una computadora, tablet o teléfono celular buscar videos de movilidad en youtube y seguir el programa”.
Fomentar actividades culturales, o retomar gustos o aficiones.
“Si a la abuela le encantan los pájaros o las plantas llevarles el alimento, la tierra, preguntarle qué necesitan para que sigan con su terapia ocupacional; si le gusta la pintura llevarles el material para que siga, llevar lo necesario para la actividad que les guste ya sea carpintería, bordado, tejido, facilitarle las cosas”.