Muertes cimbran a la Diócesis
El obispo Enrique Díaz destacó que la Diócesis de Irapuato se ha cimbrado de dolor por las muertes causadas tanto por la pandemia de la COVID-19 como por la violencia, la cual ha sido muy cruel y ha generado innumerables asesinatos, desapariciones, masacres y violaciones que han sufrido sobre todo los jóvenes.
Durante la misa oficiada en la Basílica de Guadalupe, por la la XVII peregrinación anual virtual de la Diócesis al Tepeyac, el Obispo enfatizó que la Diócesis también se ha cimbrado por la soledad, el silencio, los aislamientos, las divisiones y la falta de trabajo.
“Hemos vivido momentos de desconcierto y angustia: ¿A dónde acudir en tan terribles momentos? Acudimos a ti Morenita, madre nuestra, para escuchar tus dulces y consoladoras palabras (...) Sí, hoy nos sentimos consolados, tú eres la madre amorosa que acoge a tus hijos con ternura, para mitigar el dolor, sanar la herida, acompañar en la soledad y suscitar nuevas renovadas esperanzas”, refirió.
El obispo de Irapuato indicó que como Diócesis continúan renovando su compromiso de ser un pueblo con esperanza, enraizado en la fe profunda de sus antepasados cristeros.
“Somos un pueblo que se esfuerza por vivir y anunciar el evangelio y es nuestro compromiso seguir construyendo, seguir anunciando, seguir viviendo la palabra de tu hijo, sobre todo en estos momentos que se siente sacudido por los embates del mal y del crimen”, puntualizó.
Díaz Díaz exhortó y exigió a los fieles que sigan construyendo una mejor sociedad, sin caer en pesimismos y lamentaciones, y a crear una nueva realidad y una nueva familia, en la que la vida se respete desde su concepción hasta el final.
“Que defendamos con ahínco la dignidad de cada persona, una sociedad donde podamos tener oportunidades todos, oportunidades de educación, de trabajo, de salud, de libertad en nuestro culto, de desarrollo personal y comunitario”, finalizó.