Corredor Industrial

La segunda ola

- Enrique Gómez Orozco

iete meses después del inicio del encierro por la declaració­n de la pandemia muchas cosas cambiaron dentro y fuera de nosotros. La palabra que puede encerrar buena parte de la experienci­a podría ser adaptación.

SCon sacrificio tuvimos que modificar rutinas, hábitos y técnicas para trabajar. En lo interno hay quienes batallamos con insomnio, en ocasiones pesadillas y una variante percepción de la realidad. Inundados de noticias como nunca, cuesta trabajo saber qué es real. Estos meses los describirí­a como una gran montaña rusa de emociones.

Si agregamos a todos los temas de la epidemia y sus fúnebres consecuenc­ias la errática - por no decir caótica - forma de gobernar de López Obrador, tendremos una densidad histórica semejante a la de tiempos de guerra. Todo elevado al cubo por la irrupción de los medios digitales.

Aunque las épocas son difíciles de comparar, resulta útil revisar qué pasó durante la última gran pandemia, la de la influenza originada en 1918 en Estados Unidos, la mal llamada “Gripe Española”. Es un largo viaje al pasado. Como vehículo escogí un libro que nos lleva de la mano de los científico­s de la medicina de finales del siglo XIX y principios del XX.

“The Great Influenza” de John M. Barry, es la “historia de la pandemia más mortífera de la historia”. Por su profundida­d tal vez sea el mejor recuento del hecho. Hay dos narracione­s que se pueden leer simultánea­mente: la de Barry sobre el pasado y la del presente, día a día, a través de la prensa mundial. Tomemos un ejemplo:

Barry cuenta cómo al principio de la irrupción de la epidemia en abril de 1918 existía la idea de que la “Gripe Española” era una enfermedad leve y pasajera. La “primera ola” no despertó pánico. Fue hasta agosto del mismo año cuando llegó el golpe duro. La enfermedad fue el fin de la Primera Guerra Mundial. Los soldados infectados en todos los frentes de Europa hicieron imposible seguir el combate. Después del armisticio llegaría la segunda ola en 1919 y por último la capitulaci­ón del virus en 1920.

Hoy leemos en The New York Times que en Estados Unidos comenzó el inicio del “tercer pico” de la curva de infeccione­s. “Los casos suben después de haber descendido en el verano”. Si comparamos curvas, vemos que en México tenemos un pico y luego una curva que desciende muy lentamente. Un rebrote invernal sería para el país insostenib­le con medidas de confinamie­nto estrictas como hoy dicta de nuevo Emmanuel Macron en Francia. La economía, ya maltrecha, volvería a detenerse con consecuenc­ias imprevisib­les.

La primera diferencia con la epidemia de hace un siglo es la informació­n. Hemos comentado que se le llama “Gripe Española” porque en Europa la guerra impedía contar y publicar los estragos de la enfermedad. Sólo la prensa de España, país que no estaba en conflicto, publicaba sus efectos. Hoy la tecnología permite conocer la curva de infección de cada país, región, municipio y en Estados Unidos de cada condado.

En 1918 no sabían que el origen de la expansión del virus comenzó en las barracas de los fuertes norteameri­canos del Medio Oeste. Hoy conocemos con precisión que todo inició en un mercado de Wuhan, ciudad china al centro del país. Aunque no tenemos idea clara de cómo terminará todo, al menos los números nos dicen que la letalidad del Covid 19 resulta apenas un 0.5% de lo que fue de 1918 a 1920.

(Continuará)

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