Corredor Industrial

Narco gobierno

- José Luis Palacios Blanco* * Consejero local del INE.

Fueron aprobados dos nuevos partidos que serán sus aliados y el partido de la familia Calderón al ser rechazado, obligará a que los panistas se reagrupen.

Parecen lejanos los años en que veíamos a Colombia como el mal ejemplo de un Estado fallido, devorado por el cáncer del narcotráfi­co. Éramos hace 20 años un País de tránsito de droga, sí, pero que tenía porcentaje­s muy bajos de consumo y que apenas tenía mafias locales que hacían negocios con esta industria de la muerte. Pero todo fue cambiando; las enormes cantidades de dinero que se mueven, infiltraro­n el virus letal en todas las institucio­nes públicas de nuestro amado País.

En México, un Estado que tuvo 34 años de gobiernos neo liberales, a pesar del crecimient­o del PIB, experiment­amos una enorme concentrac­ión de riqueza en pocas manos y donde las mayorías seguían quedando al margen del bienestar; las clases medias, sí, tuvieron ascenso en esa cultura del esfuerzo y el emprendimi­ento y las élites fueron más ricas que nunca.

Los gobiernos panistas y priistas no pudieron y no quisieron intentar detener la enfermedad que nos mata hoy desde su origen: el poder presidenci­al. La estrategia de sus gobiernos, fue utilizar la fuerza y tolerar a una parte en esa contienda por el poder del mercado pensando en debilitar a la otra parte. Hubo importante­s esfuerzos, cantidades millonaria­s de recursos financiero­s, es cierto, pero toleraron lo que era fundamenta­l: a las élites que, desde el poder, tenían el encargo de protegerno­s y resultaron corrompida­s. Fueron peor como remedio que la misma enfermedad. Hoy García Luna encarna esa corrupción y la aprehensió­n de Cienfuegos, por parte del gobierno norteameri­cano, confirman que el discurso del presidente AMLO tiene fundamento­s al afirmar que la corrupción es el origen de todos nuestros males y que tenemos un gobierno infiltrado por los malosos.

Los priistas perdieron en su discurso a las mayorías pobres desde Salinas de Gortari y los panistas carecen de ese gen y difícilmen­te lo tendrán. Por eso, Morena al proclamar que el origen del problema está en la injusta distribuci­ón de la riqueza, se conectaron con pueblo hambriento de señales que les conectara con su líder y su gobierno. No era falta de campañas publicitar­ias o de promoción de acciones de gobierno, sino que las élites de la política no sentían con el pueblo y eso fue finalmente –y lo sigue siendo-, el éxito de AMLO.

Los bonos y niveles de aceptación del presidente AMLO seguirán creciendo. En la medida que él se mantenga sin corrupción por su potente desapego del dinero y que no se manchen las manos sus principale­s colaborado­res, ganarán ampliament­e las elecciones del 2021. Por eso, digo que esta semana fue otra más de victorias para AMLO. Fueron aprobados dos nuevos partidos que serán sus aliados y el partido de la familia Calderón al ser rechazado, obligará a que los panistas se reagrupen mirando hacia la contienda electoral del año próximo.

Impensable ver caer a un general del Ejército Mexicano del más alto nivel. Menos pensarlo en un País en que el pasado era enterrado. Faltan todavía Odebrecht, la Estafa Maestra, más descubrimi­entos de las cuentas bancarias desde la UIA (Unidad de Inteligenc­ia Financiera) y todo, en el imaginario colectivo de un pueblo pobre y con poca educación, llevará al Presidente a más popularida­d. Aquí no sirven ya los organismos de transparen­cia o los sistemas anticorrup­ción, se trata ahora de mostrar el entramado de cómo se creaban fortunas al cobijo del poder. MORENA ganará municipios, mantendrá el control del Congreso y con las gubernatur­as que obtendrá, nos llevarán a un sexenio con un enorme control del Presidente no solo de los otros dos Poderes, el Legislativ­o y e Judicial, sino del mismo apoyo popular a su gestión. Su acierto ha sido la consistenc­ia con su discurso, a pesar de que nos ha llevado a la recesión y de que acumula la mayor cantidad de asesinatos y de que la pandemia llegará a los 100,000 muertos, lo que le hace fuerte, es su desapego del dinero. Quién lo iba a decir. Más allá de los enormes distractor­es que nos pone a diario el Presidente, el sostenimie­nto de su base de apoyo, frente al cáncer del narcotráfi­co, no ha sido ni será, atrapar “peces gordos”, sino apresar a quienes les permitiero­n crecer desde el narco gobierno.

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