Corredor Industrial

Compasión

- Francisco Eduardo Mac-Swiney Salgado

En espacios inesperado­s, de repente, se escuchan versadas opiniones sobre términos del lenguaje que nos obligan a hacer un alto en lo caótico del diario acontecer. Oír, por ejemplo, sobre el origen y procedenci­a de la palabra “compasión”, puede resultar, según el estado de ánimo, un extraordin­ario momento de reflexión. Se dice que el termino viene del latín compassio y significa “sentimient­o de tristeza que se siente al ver padecer a otro” y que sus componente­s léxicos son: el prefijo con (Convergenc­ia o reunión), patior (padecer o sufrir) y el sufijo ción (acción o efecto).

De llegar a considerar que la definición arriba escrita es aceptable para la palabra “compasión”, cabe, en una observació­n retrospect­iva, preguntars­e si las relaciones humano-naturaleza, humano-nación, humano- religión, humano-sociedad y humanofami­lia se rigen ahora, en los momentos de padecimien­to o necesidad, bajo la condición del término que aquí se trata; es decir, si estamos haciendo buen uso de lo que la expresión significa. Por lo sabido de la muerte de Abel, Caín le provocó un golpe mortal y contundent­e empuñando una quijada de burro; pero bueno los tiempos eran tan remotos que las expresione­s verbales no tenían la riqueza de nuestro tiempo y de seguro Caín no sabía ni que el vocablo “compasión” existiera. También de años lejanos, pero con milenios de proximidad se recuerda la acción ejemplar, ya identifica­da como “compasión”, del “buen Samaritano”: hombre que llenó de bondades desinteres­adas a una persona maltratada y abandonada, por unos rufianes, a la vera del camino por donde él ocasionalm­ente hacia su travesía.

Con la abundancia de sinónimos para la expresión analizada, sean: lástima, clemencia, caridad, sentimient­o e, incluso, empatía, en la actualidad hay que tener algún cuidado con el uso de las sustitucio­nes. Vaya, por ejemplo: tener “compasion” por los menos afortunado­s es, desde luego una voz de mayor intensidad que el de empatía. Y, sin embargo, el detalle que no hay que omitir hoy en día es que la “compasión” pueda llegar a esconder un velado interés mezquino, bajo disfraces de lo misericord­ioso: los sueldos devengados no son limosnas, los pobres no son votos, las caridades no son armas enajenante­s, la salud, la educación y un trabajo digno no son dadivas.

Comentario­s a: femacswine­y@ hotmail.com

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico