Las personalidades más vulnerables
La genética indica si una persona es más obsesiva que otra.
“La mayoría de las personas obsesivas son muy emocionales, intensas, con dificultad para controlar sus impulsos. Ello tiene una base biológica, es decir, los genes predisponen”, explica el psicólogo clínico Enrique García Huete.
Las personalidades autoexigentes, perfeccionistas, rígidas, demasiado ordenadas, inflexibles y reacias a delegar tareas son más propensas.
“Casi un 25% de ellas termina desarrollando un TOC”, un Trastorno Obsesivo Compulsivo, pues les lleva más tiempo hacer las cosas porque hasta que no estén perfectas no las dan por acabadas.
Si por ejemplo tienes una obsesión al estar enamorado, pero estás funcionando bien y puedes seguir haciendo tus tareas cotidianas, no hay problema.
“Si ves que una obsesión crece de manera exagerada, que ya no la puedes controlar, que ya no es voluntaria, te levantas por la noche porque no te deja dormir y le estás dedicando demasiado tiempo, es que estás pasando esa frontera hacia una obsesión más seria, pudiendo desarrollar incluso un TOC, que padece un 3% de la población”.
Eso ya es un problema, aunque uno que también tiene solución. “Con tratamiento (la obsesión) mejora muchísimo. Como el objetivo es reducir la ansiedad y las ideas irracionales, la APA ha validado técnicas como las cognitivo conductuales en el tratamiento, que permiten cambiar el pensamiento, controlarlo y enfrentarse al miedo.
“También se usan antidepresivos (para salir del bucle obsesivo) o ansiolíticos (que reducen químicamente la ansiedad)”, dice García Huete.
Pero lo mejor es evitar llegar a ese extremo…
›› Aquí está la gran dificultad, todos tenemos un grado de obsesión, el veneno está en la dosis.‹‹
Enrique García Huete Psicólogo clínico