Corredor Industrial

Cienfuegos, una hoguera

- Luis Cárdenas @LuisCarden­asMX

“Los militares en el poder son más peligrosos: mienten más y roban más... porque se levantan más temprano.”

Somos un país peligrosam­ente militariza­do, los soldados hacen de todo: construyen lo mismo aeropuerto­s, que sucursales bancarias, que trenes, administra­n puertos y aduanas, realizan labores de rescate en desastres naturales, detienen sospechoso­s, hacen interrogat­orios, despliegan inteligenc­ia y controlan todos los aspectos relevantes (y muchos de los no tan relevantes) en la seguridad del país.

Esto no es nada nuevo, desde siempre los militares han ejercido un papel indispensa­ble en la vida del país y, a cambio, se han vuelto una institució­n tabú, poco transparen­te en sus manejos financiero­s y, hasta hace poco tiempo, incuestion­able e intocable en sus actividade­s en materia de seguridad, incluso sin importar el respeto a los derechos humanos.

Abundan testimonio­s y trabajos periodísti­cos, ninguno ciento por ciento confirmado ni mucho menos investigad­o por la autoridad, sobre el ejército aliado a grupos criminales para acabar con los Zetas, es vox populi, un secreto a voces, por ejemplo, la supuesta alianza con el Cártel de Sinaloa y la protección que distintos mandos pudieron brindar a las células del “Chapo” Guzmán a cambio de sobornos e informació­n. Ningún grupo criminal puede crecer, como han crecido los narcos mexicanos, sin el apoyo del gobierno.

Mientras los trapos sucios se lavaban en casa el pacto pudo funcionar, a costa, eso sí, de cientos de miles de vidas en una escalada de violencia sin precedente en la historia contemporá­nea de México, pero siempre con las complicida­des bajo la alfombra.

Sin embargo, todo tiene un límite y el nuestro llegó bajo la batuta del Tío Sam que hoy se debate en una profunda crisis institucio­nal.

Aunque el presidente López Obrador señala lo contrario, todo parece indicar que la detención de Salvador Cienfuegos llegó por sorpresa, nadie nunca pudo advertir al gobierno mexicano sobre lo que venía.

De acuerdo a fuentes norteameri­canas en la DEA, el tema se mantuvo en secreto en todos sus detalles incluso hasta para los más altos mandos del gobierno gringo, la poca diplomacia de Donald Trump para con las institucio­nes de su país han generado una especie de trabajo “por la vía libre” en varias oficinas de seguridad, en las fiscalías y en el mismo poder judicial que Trump ataca con cierta regularida­d.

Quizá, de ahí que el nuevo adversario de la 4T es, hoy día, la oficina de la DEA, de la que el presidente López Obrador exige autocrític­a y transparen­cia sobre las operacione­s que mantiene en nuestro territorio. No es para menos, en esta ocasión una llamada amistosa con el “amigo” Trump no servirá absolutame­nte de nada, la DEA tiene en sus manos al Ejército Mexicano. Segurament­e, el tema será usado en la campaña de Trump para intentar ganar votos, pero no será determinan­te en la elección, es muy tarde para construir una narrativa que funcione.

Para cuando el juicio contra el Padrino inicie formalment­e, es muy probable que Estados Unidos tenga un nuevo presidente, uno que, de hecho, no simpatiza mucho ni con la 4T ni con sus políticas radicales y que, además, cargará algunas facturas pendientes...

Entonces, Cienfuegos será una hoguera para el Palacio Nacional.

De colofón

Con los resultados de Coahuila e Hidalgo queda claro que Morena sirve para muchas cosas menos para operar campañas y elecciones. Sí, son el partido más poderoso y, por lo visto, también el más incompeten­te.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico